Incompatibilidad financiera: Estrategias para superarla
Por: Diana Bello Aristizábal
En una encuesta de Bread Financial, firma de tecnología financiera, el 64% de las parejas admitió ser incompatible financieramente, lo cual en tiempos de inflación supone un reto adicional para las familias en una sociedad que de antaño no nos ha enseñado a hablar de dinero en las relaciones románticas. ¿Cómo sortear las diferencias en este ámbito?
En primer lugar, poner el tema de las finanzas sobre la mesa en una relación de pareja no es solo recomendable sino una señal de que el vínculo es sano. Hacerlo a tiempo y de la forma adecuada puede evitarles muchos dolores de cabeza a las dos partes e, incluso, un rompimiento.
“Es prioritario tener una conversación casual sobre dinero desde el comienzo cuando sentimos que estamos en una relación que va a alguna parte porque suele ser más difícil hacerlo una vez que ya está establecida la pareja y se comparten gastos”, asegura Dustin Jacobs, vicepresidente de Marketing de BrightStar Credit Union.
Es así como la fase inicial de un vínculo amoroso serio es el momento ideal para evaluar si los miembros de la pareja tienen la misma filosofía con respecto a cómo gastar, ahorrar e invertir el dinero.
“Todos tenemos unas metas monetarias específicas como, por ejemplo, cubrir deudas, comprar un carro o ayudar a un familiar. Esto hay que comunicarlo de frente en una relación nueva para evitar sorpresas a futuro y que se creen tensiones”, sostiene el experto.
Luego de que se conoce esta parte del otro, se puede definir entonces si existe o no compatibilidad financiera. Se habla de incompatibilidad en este aspecto cuando cada uno le asigna una utilidad diferente al dinero en temas trascendentales y de manera frecuente.
En este sentido, no es lo mismo tener desacuerdos ocasionales con respecto a compras menores que diferir en la educación de los hijos o el plan de retiro. Si, por ejemplo, para uno de los miembros de la pareja no es una prioridad ahorrar para la universidad o para una casa y para el otro sí lo es, se podría decir que hay incompatibilidad.
“No encontrar un punto en común a veces es normal y hace parte de estar en pareja. Sin embargo, hay una discrepancia significativa cuando no se comparten los mismos valores en cuanto al ahorro, los gastos y las metas financieras,” puntualiza.
Transparencia y planeación
Pese a que sortear estas diferencias puede representar un reto para la pareja, con una buena dosis de comunicación y planeación es posible arreglar la situación. En cuanto al primer componente, lo principal es estar dispuesto a dialogar sobre dinero sin adoptar una actitud combativa.
“Es mejor tomar una postura más hacia cómo podemos servirnos mejor con respeto y total transparencia, es decir, sin comenzar a ocultar gastos lo cual se conoce como infidelidad financiera”, advierte Jacobs.
Al entablar una conversación sobre el tema es fundamental separar los deseos de las necesidades. Por ejemplo, si para uno de los dos es importante comprar zapatos de marca, el otro puede sugerir privarse de hacerlo por unos meses mientras se salda una deuda y luego si atender ese deseo.
“Hay que respetar lo que es valioso para el otro pero siempre darle prioridad a las cuentas por pagar y asegurarse de que se cuenta con los ingresos suficientes para cumplir los deseos. Creo que muchas tensiones se presentan porque no se habla previamente de esos deseos y se anteponen a las necesidades”, dice.
En cuanto a la planeación, hay que hacer un presupuesto para saber hacia dónde se está yendo el dinero, en qué rubros se puede ahorrar y en qué se está gastando de más con el fin de posteriormente fijarse metas en común a corto y largo plazo.
“Hagan esto juntos y cerciórense de que cada decisión tomada es aprobada por el otro, recordando que no existe una fórmula que aplique a todas las parejas ni una única filosofía alrededor del dinero. Lo correcto es lo que funcione para ambos”, aconseja Jacobs.