Médicos alemanes logran devolver la vista a algunos invidentes.
(EFE).- Científicos alemanes han desarrollado un microchip fotosensible que se implanta bajo la retina y que ha permitido a tres invidentes con retinosis pigmentaria (enfermedad ocular degenerativa) distinguir formas y objetos.
Los resultados del estudio piloto llevado a cabo por el departamento de oftalmología de la Universidad alemana de Tubinga, se publican hoy en la publicación científica “Proceedings of the Royal Society B”.
El implante electrónico, fabricado por la empresa alemana Retina Implant AG, consta de 1.500 diodos fotosensibles con amplificadores y electrodos colocados en un microchip, que transforma las imágenes en impulsos eléctricos que a su vez son transmitidos al cerebro a través de las neuronas retinales.
Este dispositivo sustituye los receptores luminosos que se pierden al dañarse la retina.
El estudio se centra en los resultados obtenidos con tres de los 11 invidentes que formaron parte del experimento piloto, a los que les fue colocado el implante cerca de la mácula -la zona de visión más aguda-, en vez de en la periferia de la retina.
Todos ellos habían quedado ciegos entre 2 y 15 años antes de la prueba.
Cinco de los pacientes fueron capaces de reconocer y localizar fuentes de luz o grandes objetos blancos, y de los tres últimos uno pudo identificar objetos, ver la hora en la esfera de un gran reloj, diferenciar varios tonos de gris y distinguir letras y palabras.
“No ven como nosotros, pero para un ciego que no ve nada significa mucho”, dijo a Efe en una entrevista por teléfono el profesor Eberhart Zrenner, fundador de Retinal Implant AG y director del hospital oftalmológico de la Universidad de Tubinga.
Zrenner explicó que el método entra ahora en una fase clínica con entre 25 y 50 pacientes en centros de cuatro países y se espera que pueda ser registrado de aquí a dos o tres años por la Unión Europea.
“Luego serán necesarios otros dos años para preparar a los cirujanos”, señaló.
El profesor dijo que de aquí a cinco años puede estar disponible, a un precio de entre 25.000 y 50.000 euros.
Sin embargo, advirtió de que “no se deben generar falsas esperanzas” ya que el implante retinal no sirve si la enfermedad está muy avanzada y hay cicatrices formadas tras 20 o 25 años de ceguera.
“Entonces ya no hay neuronas a las que podamos conectar el dispositivo”, afirmó. Tampoco sirve si el nervio óptico está dañado, y está especialmente indicado para aquellos que sufren retinosis pigmentaria, un mal de origen genético y carácter degenerativo que afecta a una de cada 4.000 personas en el mundo, agregó.
En la actualidad también se encuentra en una fase de estudio otro sistema, el implante epiretinal, que al ir colocado fuera de la retina requiere que el usuario lleve una cámara y una unidad de procesamiento.