Diminishing the Risks of Elder Abuse: A Growing Concern
By Mario E Tapia,
President & CEO, Founder of the Latino Center on Aging
Abuse of older adults is a troubling issue that many prefer to avoid discussing. Yet, the reality is that seniors across the country—especially in Florida, with its large elderly population—face various forms of abuse, neglect, and exploitation. While financial scams and fraud are widely known, elder abuse extends far beyond monetary losses. It encompasses emotional, physical, and psychological harm, often inflicted by those closest to them.
One of the most distressing aspects of elder abuse is that it frequently occurs within the family. There have been countless cases of grandchildren or other relatives stealing Social Security checks or misusing bank accounts. Though paper checks are becoming obsolete, financial exploitation persists in new forms, such as unauthorized credit card use, forged signatures, and manipulation of digital banking platforms.
Beyond financial theft, elder abuse can include home repair scams, fraudulent car repair schemes, and mistreatment in healthcare settings. Many older adults fall victim to dishonest contractors who charge for repairs that are never completed or who inflate prices far beyond market rates. Similarly, car mechanics may take advantage of seniors, performing unnecessary repairs or overcharging for parts and labor. These types of fraud leave elderly individuals vulnerable, often draining their savings and limiting their independence.
A particularly concerning issue involves some Medicare clinics that fail to treat seniors with the dignity and respect they deserve. Many of these clinics provide transportation services that keep elderly patients in transit for hours, making multiple stops and disregarding their time and well-being. Additionally, clinics often fail to fulfill promises outlined in their benefits packages. For example, some seniors are promised a free pair of glasses annually, yet when they attempt to claim them, they are met with unexpected fees for “necessary” upgrades like non-glare lenses, better frames, or thinner glass. These deceptive practices not only cause financial strain but also foster mistrust in healthcare providers.
Florida law mandates that any individual who has knowledge of or reasonable cause to suspect abuse of a vulnerable adult must report it to the Florida Abuse Hotline. Raising awareness and taking action against elder abuse is crucial in protecting one of our most vulnerable populations. As a society, we must ensure that older adults receive the dignity, respect, and protection they deserve.
If you suspect elder abuse, neglect, or financial exploitation, you can report it to the Florida Abuse Hotline at 1-800-96-ABUSE (1-800-962-2873) or online through the Florida Department of Children and Families website. Taking action today can help safeguard the well-being of our elderly community members.
Disminuyendo los Riesgos de Abuso a las Personas Mayores: Una Preocupación Creciente
Por Mario E. Tapia,
Presidente y Director Ejecutivo, Fundador del Centro Latino sobre el Envejecimiento
El abuso a las personas mayores es un tema del que muchos evitan conversar. Sin embargo, la realidad es que hay un creciente número de personas mayores en todo el país, especialmente en Florida, que enfrentan diversas formas de abuso, negligencia y explotación. Si bien las estafas y el fraude financiero son ampliamente conocidos, el abuso a personas mayores va mucho más allá de las pérdidas monetarias. Abarca daños emocionales, físicos y psicológicos, a menudo infligidos por sus seres queridos.
Uno de los aspectos más angustiantes del abuso a personas mayores es que con frecuencia ocurre dentro de la familia. Se han registrado innumerables casos de nietos u otros familiares que roban cheques del Seguro Social o hacen mal uso de cuentas bancarias. Si bien los cheques en papel se están volviendo obsoletos, la explotación financiera persiste en nuevas formas, como el uso no autorizado de tarjetas de crédito, la falsificación de firmas y la manipulación de plataformas bancarias digitales.
Más allá del robo financiero, el abuso a personas mayores puede incluir estafas en reparaciones del hogar, esquemas fraudulentos de reparación de automóviles y maltrato en centros de salud. Muchos adultos mayores son víctimas de contratistas deshonestos que cobran por reparaciones que nunca se completan o que inflan los precios muy por encima de los precios del mercado. De igual manera, los mecánicos de automóviles pueden aprovecharse de las personas mayores, realizando reparaciones innecesarias o cobrando de más por piezas y mano de obra. Este tipo de fraude deja a las personas mayores vulnerables, a menudo agotando sus ahorros y limitando su independencia.
Un problema particularmente preocupante es el de algunas clínicas de Medicare que no tratan a las personas mayores con la dignidad y el respeto que merecen. Muchas de estas clínicas ofrecen servicios de transporte que mantienen a los pacientes mayores en tránsito durante horas, haciendo múltiples paradas y descuidando su tiempo y bienestar. Además, las clínicas a menudo incumplen las promesas descritas en sus paquetes de beneficios. Por ejemplo, a algunas personas mayores se les promete un par de gafas gratis al año, pero cuando intentan reclamarlas, se les presentan cargos inesperados por mejoras “necesarias” como lentes antirreflejos, mejores monturas o cristales más delgados. Estas prácticas engañosas no solo causan dificultades económicas, sino que también fomentan la desconfianza en los profesionales de la salud.
La ley de Florida exige que cualquier persona que tenga conocimiento o motivos razonables para sospechar abuso de un adulto vulnerable debe denunciarlo a la Línea Directa de Abuso de Florida al 1-800-96-ABUSE (1-800-962-2873) o en línea a través del sitio web del Departamento de Niños y Familias de Florida. Concientizar y tomar medidas contra el abuso de personas mayores es crucial para proteger a una de nuestras poblaciones más vulnerables. Como sociedad, debemos garantizar que las personas mayores reciban la dignidad, el respeto y la protección que merecen.