Doctor José Gregorio Hernández en el marco de su Canonización – PARTE 1

 Por: Zuleika Cevallos

 

El doctor José Gregorio Hernández Cisneros es un personaje digno de toda atención. Nacido en Isnotú, estado Trujillo, Venezuela, el 26 de octubre de 1864.  Desarrollando una educación académica, honorable para la época, pudo convertirse en pionero de estudios antes no realizados por algún compatriota, que lo convirtieron en un precursor de la investigación en Venezuela.

En su vida adulta, podemos notar cómo define sus vocaciones; médico de profesión, cosa que, para la época, las carreras universitarias eran para personas especiales. Ser sacerdote estaba entre sus objetivos prioritarios, pero su dedicación a la salud le produjo una manera muy especial de atender a Dios a través de su servicio al prójimo. A fin de cuentas, la medicina es una religiosidad.

Su capacidad de aprendizaje sobrepasaba a cualquier persona considerada inteligente. Era pianista, aprendió inglés, francés, italiano, portugués y latín, y pintó cuadros religiosos que quedaron en la familia.

Como profesor de Cátedra en el Laboratorio de Investigaciones Científicas de la Universidad Central de Venezuela, fue enaltecido por quienes fueron sus alumnos y con quienes pudo realizar excelentes trabajos, que hasta hoy día, no han sido dados a conocer.

Para inicios del siglo pasado, la Universidad Central de Venezuela le otorgó el Título de BACHILLER EN CIENCIAS MEDICAS y la tesis de grado fue asignada por el rectorado. Su tesis fue sobre la tuberculosis y la fiebre tifoidea, causas de muerte para la época. Continúa sus estudios por el DOCTORADO EN CIENCIAS MÉDICAS, cuya tesis también fue presentada de manera brillante.  El Doctor Aníbal Dominici, Rector de la Universidad, dijo: “Venezuela y la medicina esperan mucho del Doctor José Gregorio Hernández”.

Luego de graduarse de médico, regresó a Los Andes y anduvo por Mérida, Trujillo, Boconó, Isnotú, Valera y Táchira. Fue rechazado en la mayoría de las instituciones, sobre todo en la parte académica. La Universidad de Los Andes no estaba al nivel sus conocimientos y casi va preso.  Era tanta su presión que, en una de sus cartas al Santos Dominici, su amigo y compañero de estudio, le comenta que quería irse de Los Andes.  Es probable que el Doctor Dominici haya sido quien lo haya propuesto para realizar estudios en Francia,

Esto se encontró en su libreta de notas: “Oh Dios mío. He sido privilegiado por ti y por el presidente de la República Juan Pablo Rojas Paúl, pues con el fin de implantar en Venezuela los estudios de: Bacteriología, Histología Normal y Patología, y Fisiología Experimental, viajaré a París pensionado por el gobierno y de éste modo, poder lograr formar nuevos especialistas en la Universidad y también para fundar un gran hospital.”

Para noviembre de 1889 ya se encontraba cursando los estudios en el laboratorio de histología de Mathias Duval convirtiéndose en un excelente pupilo del Duval.

Al terminar sus estudios en París, pide permiso para viajar a Berlín y estudiar otras áreas en histología y anatomía patológica y seguir un nuevo curso en bacteriología.

Se recibieron informes del trabajo del Doctor José Gregorio, escritos por el doctor Mathias Duval, quien exaltaba el éxito del discípulo y que se sentía orgulloso de tenerlo en su laboratorio. Expidió la certificación exigida por el gobierno de Venezuela para justificar el dinero que se le había otorgado y fue presentado al Presidente Juan Pablo Rojas Paúl.

En París, recibió reconocimientos escritos por profesores de la Facultad de Medicina de París, como del Dr. Charles Richet.

A su regreso de Francia fue nombrado profesor de las cátedras de Fisiología Experimental y Bacteriología, siendo la primera en América del Sur, por Decreto Presidencial, siendo el Presidente Constitucional Raimundo Andueza Palacios. En ese decreto se constató que el laboratorio de dichas materias estaba perfectamente instalado en el edificio de la Universidad Central de Venezuela, por sugerencia y encargo del Dr. José Gregorio Hernández, quien, desde París, envió el listado del mobiliario e insumos, encargados en Europa especialmente para dicho fin. Se dedicó a la docencia, el ejercicio profesional y a la práctica religiosa. Por esta razón, fue profesor desde 1891 hasta 1916. 

Siendo un momento determinante en la historia, pues se iniciaron los verdaderos cambios en el desarrollo tecnológico y en descubrimientos de patologías que generan muertes masivas.

En 1893 escribió un artículo sobre el número de glóbulos rojos, que presentó en el Primer Congreso Panamericano reunido en Washington D.C. en Estados Unidos, atendiendo una invitación hecha por los profesores de la Universidad. Y allí también se reconoció que la Cátedra de Bacteriología fundada por José Gregorio en 1891 era la primera fundada en América.

José Gregorio con sus discípulos penetraron todos los senderos ya investigados por los especialistas en bacteriología. Estudiaron la mayor parte de los gérmenes mórbidos en el país e hicieron que la Escuela Venezolana estuviera a la par de los avances a nivel mundial. Cuando la era de los microbios había llegado a su apogeo y la de los protozoarios comenzaba,  uno de sus discípulos, Rafael Rangel, marcó época y comenzó la era de la parasitología en Venezuela. Pero su vocación religiosa lo llamaba y…

 

Esta historia continuará en la próxima edición: Su paso por el claustro, regreso a Venezuela y muerte…

 

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