Forjando el futuro: así se prepara a los estudiantes hoy
Por: Diana Bello Aristizábal
En un mercado dinámico y exigente como el actual, el futuro se construye con las decisiones que se toman hoy. Por eso, los estudiantes de las escuelas de Miami-Dade necesitan el apoyo adecuado para ampliar sus posibilidades de éxito, ya sea que opten por continuar estudios superiores, ingresar a un programa de formación técnica, incorporarse al mundo laboral o contribuir a su comunidad de otras formas.

Guiarlos en su camino requiere, primero, definir qué es el éxito en el contexto global contemporáneo. Para Belinda Leon, directora de The Women of Tomorrow Mentor & Scholarship Program (WOT) y consejera estudiantil, el éxito consiste en estudiar algo que genere interés y permita mantenerse activo a lo largo de la vida.
“Muchas veces, la carrera que elegimos en la universidad no la ejercemos, pero sirve como base para diversos trabajos. Por ejemplo, a lo mejor estudias leyes y no te conviertes en abogado, aunque el conocimiento adquirido te es útil para leer un documento o escribir un contrato. No siempre el camino es derecho”, comenta.
Añade que, cuando convergen la pasión, el interés y la utilidad en un oficio, cada día se vive con tal actitud positiva que el dinero llega por añadidura. “Quizás no de inmediato, pero sí con el tiempo”, afirma.

Por su parte, Danny Espino, miembro de la Junta Escolar de las Escuelas Públicas de Miami-Dade por el Distrito 5, considera que el éxito es una combinación de información, oportunidad y sentido práctico.
Cuando los padres tienen acceso a la información adecuada, aprovechan las alternativas y recursos disponibles y toman decisiones alineadas con la demanda del mercado local aumentan las posibilidades de que sus hijos cumplan sus metas en el futuro.
El valor de potenciar las habilidades personales
Una vez se ha definido qué significa el éxito para cada persona, el siguiente paso es identificar las fortalezas individuales y proveer las herramientas para potenciarlas, una responsabilidad compartida entre instituciones, docentes, familias y los propios estudiantes.
Al respecto, Belinda señala que el enfoque no debería centrarse en establecer contrarreloj los talentos o intereses personales. “He visto estudiantes que desde pequeños saben a qué quieren dedicarse, mientras otros, a punto de graduarse, aún no lo tienen claro y eso no está mal. Lo importante es estar abiertos a nuevas experiencias”.
Aconseja a los estudiantes explorar desde temprana edad actividades variadas como deportes, clases de música, actuación o clubes temáticos. Al involucrarse en muchas cosas, pueden descubrir nuevas vocaciones, descartar otras y, con el tiempo, identificar el camino que más los representa y les da un propósito de vida.
En este proceso, es clave analizar con qué asignaturas hay más afinidad y buscar la mentoría de un adulto con experiencia para indagar en cómo pueden desarrollar aquello que les gusta o en lo que destacan y cuáles oficios son los más adecuados según sus capacidades. “Para ser abogado, por ejemplo, necesitas que te guste leer y escribir y si este no es tu caso, quizás no vayas a ser bueno en eso”, explica Belinda.
De acuerdo con Danny Espino, para ayudar a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial hay que inspirarlos tanto dentro como fuera del aula. “Puede ser a través de las semanas académicas intensivas que ofrece el distrito escolar como la Semana de las Víctimas del Comunismo o la conmemoración del Holocausto. Buscamos que comprendan la historia, de dónde venimos y dónde estamos, mediante experiencias conectadas con el mundo real”.
La exposición anual de carreras profesionales y técnicas de las escuelas del condado es otra iniciativa cargada de inspiración que, según Espino, ha sido determinante en la elección vocacional de muchos estudiantes. En ella, los jóvenes no solo conocen distintos campos, sino que interactúan con equipos, sistemas y prototipos, como motores o diseños mecánicos, que despiertan en ellos un deseo por seguir una ruta determinada.
Para Belinda, es ideal que los padres den algunos pasos desde etapas tempranas si la meta es llegar a la universidad. En sexto grado, es importante identificar las áreas en las que el estudiante tiene más dificultades y buscar tutorías para cerrar brechas académicas, mientras en octavo grado, las familias ya deberían estar explorando las diferentes opciones de escuela secundaria disponibles, desde programas de honores y diplomas especiales, hasta aquellos que permiten obtener créditos universitarios o certificaciones técnicas.
Finalmente, en la secundaria es esencial elegir adecuadamente tanto las materias como las actividades extracurriculares como la creación de nuevos proyectos, actividades de voluntariado o pasantías. Éstas elevan el promedio y ayudan al alumno a perfilarse mejor ante las universidades.
Pero la educación universitaria no es la única vía para forjarse un futuro. Sin dejar de reconocer su valor, las escuelas públicas del condado de Miami-Dade han comenzado a enfocarse cada vez más en preparar a los estudiantes con habilidades prácticas que les permitan ingresar al mundo laboral.
“Creo que para muchos en el condado el éxito puede estar en seguir una carrera técnica y conseguir un empleo remunerado con seis cifras, por ejemplo, en aviación o mecánica, sin asumir el peso de los préstamos estudiantiles”, afirma el representante de la Junta Escolar.
Actualmente, el sistema escolar ofrece más de 50 programas profesionales y técnicos en finanzas, ciencias de la salud, hotelería, ingeniería y tecnologías de la información a través de los cuales los estudiantes pueden obtener licencias y certificaciones en corto tiempo y con miras a rápidamente generar ingresos altos, indispensable en la economía actual.
“En última instancia, lo que queremos es encontrar el punto en el que se crucen el ganarse la vida y construir una vida, y cómo lograr una mientras se alcanza la otra”, concluye el representante escolar.