La Evolución de la Feminidad

¿Las mujeres están progresando o perdiendo terreno?

 

Por: María Alejandra Pulgar

 

Los tiempos modernos han transformado el concepto de feminidad, de ser sinónimo de debilidad y sumisión a significar fuerza, independencia, inclusión y liderazgo.

Las Naciones Unidas han propuesto el lema “Invertir en las mujeres; Acelerar el progreso” para el Día Internacional de la Mujer 2024. Sin embargo, los avances para alcanzar los objetivos 2030 de las mujeres en todo el mundo, están lejos de ser crecientes y estables hacia el progreso y la igualdad esperados.

Cuando las mujeres y las niñas obtienen mejores ingresos y educación, sus comunidades progresan y su calidad de vida mejora, pero obtener fondos para apoyar iniciativas promovidas o manejadas por mujeres no siempre es una tarea fácil; por ejemplo, 104 países tienen leyes que impiden a las mujeres realizar trabajos específicos, lo que hace que a 2.700 millones de mujeres se les prohíba legalmente tener las mismas opciones que los hombres en muchas partes del mundo.

Los derechos de las mujeres son derechos humanos. Neutralizar, o peor aún, permitir la eliminación de los roles intrínsecos de las mujeres y de los conceptos, rasgos y símbolos relacionados con las mujeres en nombre del feminismo extremo sería un error y sería contraproducente para el bienestar de la humanidad.

Feminidad y Masculinidad ¿Son conceptos obsoletos?

“Esta pregunta toca el tema de debate de los psicólogos evolutivos de “naturaleza versus crianza” que siempre ha sido muy interesante para mí” explica Rosa Rauseo-Mazzocca LMHC, profesora y supervisora del Centro de Medicina Mente-Cuerpo de la Universidad St. Thomas. “Las definiciones de masculinidad y feminidad se han asociado a roles estereotipados en las sociedades. Muchas veces escuchamos decir que las niñas juegan con muñecas y los niños con carritos.  Yo considero que todos los seres humanos podemos tener energías masculinas (energía inclinada hacia la acción, lógica y la razón) y energías femeninas (cuidar, sentir, calidez, intuición). Yo no veo la masculinidad-femineidad como polos opuestos o una dualidad; yo percibo un continuo (como muchos tonos grises y no en blanco-negro)”.

En lugar de neutralizarse, la definición de feminidad hoy en día se ha ampliado más allá de las expresiones, colores o símbolos externos, para incluir el potencial y las cualidades infinitos de las niñas, las mujeres y las personas de orientación femenina: su bondad, empatía, resiliencia y fuerza; su ambición de romper los techos de cristal e involucrarse en campos no tradicionales como STEM o la política; sus diferencias físicas y estándares de belleza; permitiéndoles expresar su yo auténtico libre de estereotipos sociales.

 “Creo que las mujeres en general han ido asumiendo roles que antes se consideraban roles más ‘masculinos’ a raíz de la liberación femenina, derechos de la mujer a ejercer el voto, etc.” Continúa Rauseo, “pero no considero que sean menos femeninas por estar desempeñándose en roles que antes eran exclusivos de los hombres. Cada persona tiene ambas energías en mayor o menor grado. Las culturas tienden a fomentar roles en función de las creencias y costumbres de cada quien.”

Ser Mujer es un Acto de Equilibrio

Invertir y apoyar el progreso de las mujeres es fundamental para el progreso mundial, pero la expectativa que la sociedad pone sobre los hombros de las ellas para que se desempeñen con excelencia en todos sus roles y esfuerzos añade un grado de dificultad a un acto de equilibrio ya complicado.

“La desalineación entre las exigencias viene dada por los múltiples roles que desempeñamos en la sociedad. Desde que las mujeres son madres, esposas y trabajan fuera de hogar, se ven obligadas a tener múltiples obligaciones o lo que en ingles se dice los diferentes sombreros” explica Rauseo.

“Una mamá que trabaja todo el día fuera de casa y se espera que llegue a cocinar, lavar la ropa y hacer las labores del hogar. Los hombres por su parte, pueden asumir parte de las responsabilidades y compartir las obligaciones de la casa cuando en la pareja ambos trabajan fuera del hogar. Las mujeres han asumido muchos roles y deberíamos buscar un equilibrio en las exigencias y expectativas.”

La comunicación y la educación sobre los “roles del hogar” en lugar de los roles “específicos de género” pueden allanar el camino para que las nuevas generaciones estén más en sintonía con la importancia de compartir el peso de las responsabilidades del hogar. Los cambios comienzan en casa, mejorando la calidad de vida de toda la comunidad.

“Mujer” y “Madre” conceptos imborrables

Si bien los movimientos de mujeres en algunos países han apoyado el cambio de narrativas por términos más inclusivos, sustituyendo en sus discursos las palabras “mujer” o “madre” por “persona con útero” o “persona embarazada”, no existen movimientos sociales de hombres. cambiando la palabra “hombre” por “persona con próstata” o “personas que eyaculan”. Los hombres mantienen sus espacios, mientras ven a las mujeres cambiar el foco de los esfuerzos de sus luchas y desafíos hacia las necesidades de otros grupos sociales.

En lugar de neutralizar términos, colores o patrones en productos, servicios e instituciones femeninas, el objetivo siempre debería ser ampliar las opciones en lugar de borrar los roles fundamentales de la mujer en la sociedad. Esa es la verdadera inclusión.

Rauseo comenta al respecto que, “cuando entendemos que la inclusión de género no está vinculada a características biológicas y no es binaria, podemos entender que es el respeto por cada individuo. En mi opinión, deberíamos seguir utilizando el término MUJER para quienes se identifican con el sexo femenino asignado al nacer. La clave es la aceptación y el respeto”.

La evolución de la feminidad es un testimonio de los inquebrantables esfuerzos de las mujeres por reclamar y redefinir sus identidades; La celebración del Día Internacional de la Mujer debe valorar la feminidad en todas sus formas. Al hacerlo, podemos crear un mundo más inclusivo y diverso donde todas las mujeres puedan avanzar, tener éxito y ocupar los espacios que les corresponden en la sociedad.