Los niños también sufren de ansiedad.
Desafortunadamente, un alto porcentaje de los niños que sufren de ansiedad no reciben ningún tipo de tratamiento que los ayude a superar este trastorno
Edda Pujadas, @epujadas
Algunos canales de televisión dirigidos a los niños acostumbran a colocar un contador de tiempo en las esquinas de sus pantallas para promocionar el próximo programa o película estelar. Este simple hecho que para cualquier adulto podría pasar desapercibido, produce gran estrés o ansiedad en algunos niños.
La ansiedad es una de las formas más comunes de estrés y está relacionada con el temor a que algo malo suceda o con las expectativas ante algo nuevo o diferente. Es una reacción humana natural, cuya función es servir de alarma ante situaciones que puedan dañar o amenazar al individuo y se expresa a nivel físico y emocional. Los niños también pueden sentirse ansiosos, especialmente frente a situaciones de tensión.
Erika Angulo, quién es experta en salud mental infantil, nos explica que según el “National Institute for Mental Health”, el 8% de los adolescentes entre 13 y 18 años de edad presenta síntomas de desórdenes de ansiedad. “Lamentablemente, de este grupo, sólo el 18% recibe el tratamiento adecuado”.
La ansiedad puede ser considerada normal en cierto rango. Si un niño debe enfrentar una situación desconocida o desafiante, como por ejemplo, un examen, conocer nuevas personas o el comienzo de la escuela, lo más probable es que se sienta ansioso.
Sin embargo, un exceso de ansiedad puede ser abrumador para los niños y afectar su capacidad de realizar bien las tareas cotidianas. Los casos severos pueden incluso, hacerlos sentir tan mal que se pierdan el mejor momento de la vida: la infancia, pues por lo general, experimentan un intenso miedo que puede durar largos periodos de tiempo.
La ansiedad pueden derivar en complicaciones de más difícil solución como ausencias o problemas escolares, baja autoestima, uso de alcohol, drogas o problemas en la adultez, por ejemplo. También puede llevar a otras complicaciones como la depresión, fallas de alimentación y el trastorno de atención con hiperactividad (TDAH).
“Realmente, no existe una causa determinada para este tipo de diagnóstico, sin embargo, hay factores de riesgo que pueden estar relacionados con la incidencia de la ansiedad en los niños como pautas educativas extremas como el rechazo y/o el excesivo control. Otro aspecto a tener en cuenta es la presencia de algún trastorno de ansiedad en la familia”, manifiesta Angulo.
La ansiedad generalizada es la más común y lleva al niño a preocuparse excesivamente por cosas como la escuela, la salud, la seguridad de la familia o el futuro. Por lo general, piensan que sucederá lo peor y esta sensación se hace acompañar de alteraciones físicas como dolores de cabeza, tensiones musculares, fatigas y trastornos estomacales, entre otras. Por ello, evitan ir a colegio o a cualquier otra actividad social.
Cuando la ansiedad se agrava, pueden presentarse trastornos obsesivos-compulsivos en los cuales el niño tiene pensamientos fijos de preocupación y repite determinadas acciones para tratar de aliviar la sensación. También pueden surgir fobias expresadas como miedos a cosas o situaciones específicas que no son dañinas, las cuales son evitadas por el niño.
Ante tantos factores que pueden generar ansiedad y la reciente vuelta de los niños a los salones de clases, es normal que los padres nos preguntemos. El regreso a clases está considerado una posible causa de ansiedad infantil? Pues según lo señala Erika Angulo, cualquier situación de estrés puede llegar a generar ansiedad en el niño.
El comienzo de las clases, representa para muchos niños un obstáculo hacia su bienestar por la ansiedad que genera retomar este ambiente que trae ciertas incertidumbres. Nuevos compañeros, nuevas maestras, nuevas rutinas, el ruido del primer día, los pasillos concurridos de caras nuevas y conocidas… todo esto puede generar que los niveles de ansiedad se eleven.
Para aliviar la tensión del regreso a clases, los expertos recomiendan hablar con los niños sobre el tema, involucrarlos en la preparación de los útiles y materiales escolares y especialmente, darle seguimiento a las actitudes de su hijo en relación al colegio: ver cómo evoluciona académica y socialmente, apoyándose en los maestros y consejeros escolares.
Se recomienda anticiparle al niño lo que va a pasar o los escenarios que pueden llegar a pasar en una situación determinada. “En el caso del regreso escolar o para los más pequeños, el inicio escolar, es importante hacer un tour con el niño por el colegio (generalmente los colegios lo permiten durante los primeros días de clase), mostrándoles su salón, su maestra, la cafetería y los sitios más comunes dentro de su escuela”.
“Es importante que los niños sepan y repasen cuáles son las reglas del colegio, como pueden ser esperar su turno, levantar la mano o hablar con respeto. También es divertirse con su hijo, recreando el escenario escolar. Por ejemplo, permitirle al niño practicar su rol como estudiante y de la misma manera como profesor”, esto siempre es entretenido y una forma más sencilla de conocer de cerca a los maestros de sus hijos.
Es relevante tener en cuenta que, tanto los padres como los maestros, son una guía esencial para el éxito escolar y lograr que los niveles de ansiedad se mantengan bajos. “Una comunicación fluida, donde su hijo pueda expresar sus diferentes emociones y donde sus reglas y limites estén claros y definidos, va a influir positivamente a que el niño se sienta seguro y confiando del lugar donde va a pasar varias horas de su día, sin embargo, en caso de excesiva preocupación es recomendable acudir a un especialista”.
Para mas información, puede comunicarse con Erika Angulo al 786.356.3537 o por email a: erika.angulo78@gmail.com.