La amenaza creciente del fentanilo
Por: Diana Bello Aristizábal
Cuando se presenta un problema de salud pública, las personas suelen pensar que se trata de algo ajeno a ellas. Sin embargo, la crisis del fentanilo, un opioide sintético similar a la morfina que es entre 50 y 100 veces más potente que ésta, ya tocó las puertas del Sur de la Florida y por eso urge tomar medidas de precaución.
En Estados Unidos, las muertes por sobredosis de fentanilo aumentaron en un 94 por ciento entre el 2019 y el 2021, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), mientras en esta región, se informó recientemente que más de la mitad de los casos han ocurrido en el condado de Broward.
Lo más preocupante es que son los niños y jóvenes quienes suelen verse perjudicados por el consumo de este fármaco que requiere de vigilancia médica estricta debido a que es de carácter adictivo y en las dosis inadecuadas, letal.
Pero actualmente el peligro no solo radica en que se consuma sin la asesoría de un médico sino en que alrededor de este medicamento se ha creado un negocio ilícito que tiene en alerta a las autoridades.
De acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, (NIDA, por sus siglas en inglés), el fentanilo que se consume ilegalmente y que está asociado con más frecuencia con las sobredosis es vendido en forma de polvo, vertido en envases de gotas para los ojos o rociadores nasales o en pastillas parecidas a las de otros opioides recetados. En su forma lícita, es administrado en forma inyectable, como parche para la piel o en pastillas.
Además, algunos comerciantes de drogas mezclan el fentanilo con drogas ilícitas como la heroína, la cocaína, la metanfetamina y el MDMA debido a que una cantidad muy pequeña del fármaco causa un mayor subidón o ‘high’.
Así, el peligro de muerte radica, entre otras cosas, en la mezcla de los químicos que se utilizan para darle más potencia cuando se fabrica de manera clandestina. “Muchas personas que sufren una sobredosis, su intención no es ingerir una dosis tan alta de esta droga, sin embargo, no saben realmente qué están ingiriendo y ahí es cuando ocurren las fatalidades”, dice Edwin Lopez, jefe de la Policía de Doral.
Y ante este panorama, ¿debemos preocuparnos a nivel local? Según Lopez, aunque Doral y en general el condado de Miami-Dade no han sido inmunes a la crisis del fentanilo, no es algo prevalente por estos lados, lo cual no significa que no se deban adoptar medidas preventivas.
“Hemos sido impactados por esta problemática, pero no al nivel de otras comunidades. Sabemos que muchos de los implicados utilizan dulces para transportar el fentanilo y desafortunadamente algunas veces éstos terminan cayendo accidentalmente en las manos de niños y jóvenes”, asegura.
El problema, explica, es que no hay forma de identificar a la vista si el comestible está o no libre de fentanilo. Por eso, la recomendación principal es tener mucho cuidado cuando se estén recolectando dulces en Halloween u otras fechas especiales.
“Hay que saber la fuente de dónde provienen, aunque esto no nos protege al 100 por ciento porque pueden venir de un amigo o familiar de confianza, pero no sabemos de dónde ellos lo obtuvieron, es una reacción en cadena. A menos que hayan sido comprados en una tienda, no hay que bajar la guardia”, agrega el jefe de la Policía.
Por otro lado, hay que almacenar correctamente los medicamentos en casa de tal manera que nunca estén al alcance de los niños, especialmente si se trata de un opioide potencialmente mortal como el fentanilo. “Es un crimen dejar a la vista de menores de edad cualquier droga o elemento que suponga una amenaza para ellos. Los adultos que incurran en esta falta podrían ser legalmente acusados de negligencia”, aclara el jefe López.
Hay que recordar que cualquier medicamento si es tomado en la dosis incorrecta puede ser letal para un niño. “Siempre ponga los medicamentos bajo llave, aunque conviva con adolescentes, ya que en ocasiones motivados por las preocupaciones de la vida pueden adoptar conductas suicidas”, advierte Lopez.
Adicionalmente, es aconsejable siempre comprar los medicamentos en farmacias con licencia de buena reputación. “Hay muchos negocios clandestinos a los que acceden personas sin seguro que no han ido al médico, exponiéndose a situaciones peligrosas”.
¿Por qué es tan peligroso el fentanilo?
Además de las recomendaciones anteriores, hay que ser extremadamente precavidos al tomar esta droga, aunque haya sido elaborada de forma legal y recetada por un médico, pues produce algo que se conoce como tolerancia con las consecuencias posteriores que esto representa.
“Este medicamento fue creado para manejar el dolor intenso en enfermedades como el cáncer. Aunque en un principio calma el dolor, después las células del organismo se van acoplando a la sustancia y llega un momento en que no hace el mismo efecto”, explica Jairo Téllez Mosquera, médico toxicólogo y especialista en farmacodependencia.
Cuando esto sucede, el paciente comienza a sentir la necesidad de o bien incrementar la dosis o la frecuencia de la dosis que estaba tomando. “Si, por ejemplo, antes se le administraba una inyección de fentanilo cada tercer día, ahora necesitará una diaria”, añade.
El gran peligro de llegar a este punto es que la sustancia rápidamente produce tolerancia y abstinencia. En otras palabras, se genera un patrón adictivo igual al que se observa en el consumo de drogas ilícitas como la cocaína o la heroína.
“Esta situación se presenta incluso cuando se adquiere de forma legal bajo receta médica, pero para tomar en casa. La persona que lo ingiere experimenta una sensación placentera pero no se está dando cuenta de lo que está pasando en su cuerpo”, comenta el especialista.
Es entonces cuando puede llegar una sobredosis cuya primera manifestación es un paro de los músculos respiratorios que termina en la muerte. Y, ¿por qué pasa esto aún cuando es recetada por un médico? La respuesta según el Dr. Téllez está en que no se puede controlar su consumo como se haría dentro de un hospital o clínica.
“Por esta razón, una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud es que no se venda para uso domiciliario, sino que se limite para el uso exclusivo de clínicas y hospitales”, concluye.