Educación Crediticia: Guía para tener un puntaje de crédito favorable.

 

 

Por: Diana Bello Aristizábal

 

 

Para poder acceder a las diferentes oportunidades que brinda vivir en Estados Unidos, un camino obligatorio es la construcción de la historia crediticia, tema que puede resultar confuso para los recién llegados o abrumador para otros. Por eso, en el Mes Nacional de Educación Crediticia, de la mano de un experto le contamos todo lo que necesita saber para gestionar, mejorar o reparar su crédito.

 

En primer lugar, hay que aclarar que el crédito es un indicador de su confiabilidad financiera. Es decir, contar con una buena puntuación de crédito lo convierte en un candidato idóneo para recibir un préstamo, aunque por supuesto no es el único criterio a evaluar.

 

En este orden de ideas, tener un mal crédito también puede representar una amenaza a su crecimiento económico. “El historial de crédito es una herramienta poderosa para acumular bienes y activos y facilitar la ejecución económica de una familia o negocio”, explica Iván Jiménez, director de finanzas de Buskeros.com

 

En términos prácticos, el crédito puede ser utilizado para, por ejemplo, comprar pólizas de seguros de autos, alquilar o comprar viviendas o locales para un negocio, entre otras actividades que tienen un impacto económico.

 

A estas y otras oportunidades de índole financiero se puede acceder cuando se acumula un puntaje crediticio favorable según la medición de las tres agencias encargadas de esta tarea que son: Equifax, TransUnion y Experian.

 

Estas tres organizaciones evalúan el historial de pago, la probabilidad de repago y la capacidad de endeudamiento de las personas utilizando diferentes modelos de puntuación para tal fin.

 

Además, analizan a cada individuo de acuerdo a varias categorías que aumentan o disminuyen la calidad crediticia. Una de ellas se refiere al tipo de crédito que puede ser, por ejemplo, para préstamo de auto, una hipoteca o una tarjeta de crédito.

 

Por otro lado, también tienen en cuenta el porcentaje de uso según el crédito disponible, la duración o el tiempo transcurrido desde que se comenzó a crear la historia crediticia y el historial de pago a tiempo.

 

Sortear estas variables apropiadamente es todo un arte al igual que enmendar un crédito accidentado, lo cual requiere de tiempo y esfuerzo. A continuación, algunas recomendaciones para salir victoriosos en esta labor.

 

Gestión efectiva del crédito

Lo primero que se necesita para comenzar a hacer historia crediticia es ir a una institución bancaria con el fin de aplicar a una tarjeta de crédito garantizada. “Hay que fijarse en la cuota anual que tenga la tarjeta. Lo ideal es empezar con una cuya cuota no sea tan elevada”, aconseja el experto.

 

Así mismo, cabe recordar que construir la historia crediticia es un proceso que toma tiempo. Por esta razón, es mejor empezar con una tarjeta de crédito que tenga un cupo limitado según la capacidad de pago de cada quien.

 

Luego, al cabo de un tiempo, que puede ser entre seis meses y un año, se pueden hacer otras cosas para mejorar el crédito como, por ejemplo, calificar para un carro a cero intereses o un préstamo para un negocio.

 

En cuanto a sortear las variables que valoran las entidades encargadas de monitorear el crédito, es importante conocer muy bien qué se considera favorable y qué no para evitar dañar el crédito.

 

En el caso del porcentaje de uso según el crédito disponible, la recomendación es tener una utilidad permanente mes a mes por debajo del 30 por ciento. “Las entidades crediticias prefieren que muestre disciplina financiera a través de un manejo específico de la utilidad disponible del crédito. Mejor aún si solo usa el 20% y todavía más favorable, el 10%”, aclara Iván Jiménez.

 

Con respecto a la duración, hay que saber que entre más tiempo haya transcurrido desde que se abrió el crédito, mejor será la fortaleza crediticia, pues no es lo mismo tener un historial de crédito de tres años que uno de 5 o 10.

 

Por supuesto, el historial de pago a tiempo juega un papel fundamental en la gestión efectiva del crédito. Para tener éxito en este aspecto, el camino más certero es siempre saldar la deuda antes del vencimiento de la cuenta a pagar o, en el peor de los casos, no excederse más allá de 29 días después de la fecha límite de pago.

 

También es favorable efectuar pagos superiores al pago mínimo establecido cuando sea posible. Es decir, si una persona, por ejemplo, tiene una deuda de 2,000 dólares y en un determinado mes abona 500, que representa un monto significativamente más elevado del pago mínimo, mejora su perspectiva crediticia.

 

Cabe mencionar que contrario a lo que muchos piensan, tener un buen historial crediticio no tiene nada que ver con vivir endeudado. “Es más importante pagar bien. Es bueno tener crédito disponible pero no necesariamente usarlo porque tener las tarjetas a tope no es positivo”, asegura el especialista.

 

Sin embargo, hay momentos del año en que el mercado entiende que las personas utilicen un porcentaje mayor del crédito como la temporada de Navidad. En esas fechas, puede bajar el crédito porque se utiliza mucho más del porcentaje recomendado aunque si se hace con mesura, no se genera un daño a largo plazo.

 

Arreglando un crédito accidentado

“La belleza de Estados Unidos es que te da una segunda oportunidad pero lo importante es comenzar a pagar a tiempo hoy”, comenta Iván Jiménez como parte de tranquilidad para quienes por una u otra circunstancia han afectado su puntaje de crédito.

 

Si este es su caso, debe saber que hay varias formas para reparar un crédito accidentado y varios aspectos a tener en cuenta antes de proceder. Uno de ellos es analizar de forma realista si la deuda puede ser saldada.

 

Si implica un esfuerzo imposible de llevar a cabo, lo mejor es contratar a un abogado especializado en banca rota, quien elaborará la mejor estrategia para comenzar de nuevo.

 

Sin embargo, si la deuda es pagable pero dejó de ser saldada por circunstancias transitorias, como pérdida de empleo o disminución de ingresos, que ya fueron resueltas, entonces es posible ponerse al día sin problema alguno siempre y cuando la deuda no supere los 7 años.

 

En el caso contrario, es prudente buscar los servicios de un abogado especialista en derechos del consumidor con el fin de conocer los derechos de negociación que se puede permitir el deudor.

 

También se pueden contactar agencias sin ánimo de lucro, cuya misión es brindar asesoría para negociar el repago de las deudas. “Estas son útiles para, por lo menos, no recibir más llamadas y reestructurar la deuda que se tiene”, dice Iván Jiménez.

 

Antes de contratar una empresa que preste dicho servicio es importante evaluar lo que ofrece, pues reparar el crédito toma tiempo, usualmente al menos 1 año. De este modo, se debe desconfiar de aquellas entidades que prometen corregirlo en 3 o 6 meses.

 

Para saber con certeza si la opción elegida es seria, el consejo es acudir al Better Business Bureau. En el sitio web de esta organización se puede revisar el historial y perfil de ejecución de la empresa que se desea contratar y si tiene o no quejas de fraude o de mala calidad en el trabajo entregado.

 

Por último, es buena idea revisar cómo está el historial crediticio debido a que en ocasiones las deudas reflejadas no corresponden con la realidad. “Hay deudas que o no son nuestras o no son el reflejo efectivo de lo ocurrido y esto es mejor corregirlo”, asegura el experto, quien sugiere hacer la revisión en el sitio web del Annual Credit Report de manera gratuita y sin impactar el historial de crédito.

 

Seguir las anteriores recomendaciones supone un beneficio superior al costo financiero que implicaría no contar con un buen crédito. “Este es un ejemplo claro en el que el incentivo es más poderoso que el castigo en Estados Unidos”, concluye el entrevistado.

 

 

 

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