El gran impacto de un mentor en la vida de niños y adolescentes

 

Por: Diana Bello Aristizábal

En un mundo donde cada vez hay más niños y adolescentes que desarrollan adicciones, sufren de soledad, depresión o ansiedad, que crecen en entornos marcados por la violencia, la pobreza o el abuso de sustancias o que no logran sentirse motivados o potenciar sus habilidades, se hace cada vez más urgente la presencia de una guía externa a la familia en sus vidas.

A esto se le llama mentor: un individuo, cuyo objetivo es orientar a una persona en diferentes áreas, ayudándole a sacar lo mejor de sí mismo y convirtiéndose en un aliado para los padres en la crianza. Pero ¿cuál es la importancia de un mentor? A continuación, algunos expertos comparten su punto de vista al respecto.

Mentoría emocional

“Un mentor es como el copiloto en un trayecto en carro: puedes conducir solo, pero es mejor si lo haces con un compañero de viaje. Desde su especialidad te compartirá experiencias y recomendaciones para que tomes la mejor decisión y cumplas con un objetivo sin dejarte solo en el proceso”, asegura Erika Monroy, sicóloga clínica y educativa.

Opina que para que sea efectivo debe cumplir con ciertos requisitos. “Tiene que ser asertivo, receptivo y saber escuchar. Además, en el caso de la mentoría emocional, debe contar con credenciales mínimas como las de un sicólogo”, puntualiza.

Cuando hay una sinergia entre el mentor y el niño, los beneficios son muchos en el campo de la salud mental para este último: organiza sus pensamientos, maneja mejor las emociones, comunica las necesidades de manera efectiva y controla sus impulsos, habilidades vitales en la actualidad ante las altas tasas de suicidio infantil, depresión y ansiedad que enfrentamos.

En cuanto al impacto a futuro, el hecho de asistir a terapia o involucrarse en un espacio de acompañamiento emocional aumentará las posibilidades de que el menor de adulto tenga mejores relaciones e incorpore en su personalidad la empatía, el respeto al otro y la habilidad para escuchar.

Mentoría vocacional y de desarrollo personal

Otro ámbito en el que los jóvenes necesitan de un mentor es el educativo. “Trabajo con estudiantes de secundaria o college para hacerles ver cuáles son sus posibilidades de estudio, identificar talentos y abrirles puertas”, asegura Dr. Belinda León, consultora educativa de Universal Scholar Program-USP.

Para lograr esto, los conecta con la persona indicada que pueda servirles para cumplir sus aspiraciones. “Me dedico a indagar sobre qué están haciendo, qué les interesa y cómo puedo ayudarles a avanzar mostrando un verdadero interés hacia sus vidas porque ese es el objetivo de un mentor: tener conocimientos pero también ser un animador”, añade.

Para ella, el valor de un buen mentor es que puede acortar el camino hacia la meta, sobre todo en un mundo tan competitivo a nivel laboral. “Muchas puertas a lo mejor no las pueden abrir ellos solos o se demorarían más en hacerlo sin la ayuda adecuada”, concluye.

Y como parte del ámbito educativo, hay mentores que potencian habilidades que no solo son útiles profesionalmente sino en la vida. Este es el caso de los instructores de Civil Air Patrol, un programa de cadetes para niños entre 12 y 18 años de la Patrulla Aérea Civil, Auxiliar de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

“Provee oportunidades de desarrollo personal a través de actividades de entrenamiento de vuelo, búsqueda y rescate, entre otras, que más allá de hacerlos conocedores de temas específicos, les permiten adquirir responsabilidad ciudadana, disciplina y confianza en sí mismos”, explica Ettore Sabatella, Primer Teniente de Civil Air Patrol.

Esas fortalezas comienzan a desarrollarlas desde el día en que portan el uniforme y hacen su primer vuelo por el respeto que les inspiran sus mentores al ser expertos en sus áreas, apasionados y disciplinados, tres requisitos indispensables para guiar a los niños.

Mentoría de apoyo y empoderamiento

Además de lo anterior, muchos niños y adolescentes requieren a alguien que ejerza una influencia positiva en sus vidas con el fin de evitar que caigan en conductas de riesgo. Ese es el objetivo de Parks & Police 4 Kids de Doral, una fundación que creó hace 8 años un programa de After School para estudiantes de escuela media públicas o charter.

Elizabeth Canchola, quien está al frente de la misma, cuenta que esta iniciativa nació con la idea de brindar acompañamiento a menores que muchas veces se quedan solos en casa después del tiempo de instrucción y que necesitan ayuda con diferentes situaciones.

Así, en un espacio de dos horas charlan uno a uno sobre acoso escolar, sexting, delincuencia y drogas, entre otros temas importantes, juegan y practican deportes con maestros de escuela y oficiales de la Policía de Doral. “Los niños participantes mejoran su conducta y las calificaciones, y son más felices”, dice Canchola.

“Al tratarse de personas ajenas a sus padres que los motivan constantemente, les ayudan a cambiar su visión del mundo y por quienes se sienten atendidos y queridos, comienzan a compartir lo que viven, sienten y quieren y eso es lo más importante del programa”, concluye.

Una labor similar hace Big Brothers Big Sisters of Miami, una organización que conecta niños y jóvenes entre 5 y 25 años que enfrentan momentos complicados, referidos por entidades educativas, con mentores a través de alianzas corporativas.

“En este momento tenemos alianzas con Carnival Cruise Lines y Monat y estamos pendientes de concluir una con el Departamento de Policía de la Ciudad de Doral. Como resultado de esas alianzas, las compañías ofrecen a sus empleados como mentores y nosotros hacemos el match perfecto entre adulto y menor según el perfil y las necesidades de cada uno”, explica Gale Nelson, director general y presidente de la organización sin ánimo de lucro.

De lo que se trata, según aclara Gale, no es de “arreglar” a los niños y jóvenes sino de apoyarlos con diferentes encuentros al mes o a la semana (según lo que se escoja previamente) en todas las áreas de la vida. “Lo que necesitan es estar expuestos a conexiones positivas uno a uno, eso abre muchas posibilidades de éxito a nivel académico, emocional, profesional y social”, comenta.

De esta manera, lo que comienza como un compromiso de un año (el tiempo mínimo para servir de mentor) puede extenderse por décadas. “La mentoría es totalmente necesaria: el año pasado el cirujano general aseguró que tenemos una epidemia nacional de soledad y aislamiento social y que una de las formas más efectivas contra ésta es contar con un amigo”.

Mentoría deportiva

Un lugar igualmente destacado ocupa la mentoría deportiva. “La competitividad en las disciplinas deportivas es muy importante para la vida, saber que te esforzaste y lograste tu propósito que era ganar. Así mismo, cuando se pierde se aprende a controlar frustraciones y a reforzar el carácter”, asegura Luis Sánchez, ASAKA Dojo Sensei y fundador de Florida Karate Clubs.

Pero para que los niños le saquen el máximo provecho a la práctica de un deporte es vital que cuenten con un mentor, quien, según el Sensei, debe usar la fórmula 1:5. Esta se traduce en decir 5 palabras motivadoras por 1 de corrección y crítica.

Para él, aplicar esa fórmula es la clave para lograr sacar lo mejor de cada niño al igual que ser un coach de doble impacto, es decir, alguien que enseñe la técnica pero también a avanzar a nivel personal con valores como el respeto y la humildad y entendiendo que el marcador no es más importante que el proceso. “Si logramos que las personas que entrenan con nosotros traten de mejorar un poco cada día, al cabo de un tiempo se verán resultados”.

Ese enfoque genera un impacto duradero en los niños que Luis ha podido evidenciar en su larga trayectoria como instructor. Hay alumnos que recibió en su primera infancia en la escuela que hoy de adultos no solo tienen condición física y dominio de la disciplina, sino que saben dirigirse a las personas, son respetuosos y, en general, seres integrales.