Regreso a clases con menos maestros
Por: Diana Bello Aristizábal
El año escolar 2022-23 comenzará con un problema: No hay suficientes maestros que cubran las necesidades educativas de los niños a nivel nacional. En otras palabras, hay un gran desbalance entre el número de estudiantes y docentes en las escuelas públicas.
Esta realidad se extiende también al estado que de acuerdo con el Departamento de Educación de la Florida empezará el año escolar con 9.000 puestos vacantes para maestros y personal de escuela, mientras el distrito escolar de Miami-Dade anunció hace algunas semanas que lo hará con 475.
“Estas cifras no van a mejorar mucho para cuando comiencen las clases”, asegura Andrew Spar, Presidente de la Asociación Educativa de la Florida (FEA, por sus siglas en inglés), quien añade que hay casi 6.000 vacantes a nivel estatal para puestos de personal como conductores de bus o trabajadores de cafetería.
En Doral, por otro lado, muchas escuelas han puesto en sus redes sociales anuncios de ‘ahora contratando’ para áreas y grados diversos aunque no hay cifras consolidadas del número de vacantes con que se empezará este nuevo año.
Los motivos detrás de este panorama son muy amplios. Sin embargo, para empezar se puede decir que ya no es atractivo para un creciente número de personas trabajar de docente.
Así lo confirmó una encuesta nacional de la Federación Americana de Maestros (AFT, por sus siglas en inglés) efectuada a miembros del sistema de educación pública. De los encuestados, el 80% aseguró estar insatisfecho con su trabajo, mientras el 46% dijo estar extremadamente insatisfecho.
Lo preocupante de esto es que cada vez son más los maestros que renuncian a sus cargos y cada vez hay menos jóvenes optando por la carrera de docencia. El año escolar 2010-11 dio inicio con alrededor de 1.000 vacantes de maestros mientras las universidades graduaron a 8.000 estudiantes en esta profesión.
Este año, en cambio, arrancará con más de 9 mil vacantes y solo se graduaron entre 2.000 y 3.000 jóvenes de la carrera en el verano. “El año pasado tuvimos más de 4.000 vacantes durante el año que jamás se llenaron, entonces si tenemos en cuenta que en promedio un profesor enseña a 100 estudiantes, eso significa que cientos de miles de estudiantes no recibieron la educación que merecían”, dice Spar.
Salarios injustos
Ante este panorama, el interrogante es: ¿Qué está pasando con esta profesión para que ya no sea atractiva? En primer lugar, los maestros no están recibiendo una compensación monetaria justa y equivalente al valor que generan en la sociedad y a su carga laboral que aumentó con la llegada de la pandemia.
A nivel estatal, el pago de los maestros no solo es bajo sino que ha empeorado con los años, pues en el 2010 ocupaba el lugar número 37 en el país en cuanto al salario promedio en esta profesión, mientras hoy está en el puesto número 48 entre los 50 estados y Washington, D.C. con un pago promedio de $51.009 en el año 2020-21. Es decir, tan solo en tres áreas a nivel nacional ganan menos que en Florida.
En este aspecto, los docentes con amplia experiencia tienen una desventaja en comparación con los recién graduados debido a que en cuanto al salario para profesores principiantes, Florida está en el puesto número 16 entre los mejores de la nación.
Si se tiene en cuenta que el pago mínimo que recibe un maestro en el estado es de $47.500 y que ha mejorado el salario inicial, hoy muchos profesionales empiezan su carrera ganando solo un poco menos que quienes llevan décadas en la industria e, incluso, algunos profesionales experimentados reciben actualmente menos que sus pares de hace 15 años.
Las razones detrás de los bajos salarios son complejas pero para Andrew Star, la principal es que los tomadores de decisiones no están hablando de lo que deberían hablar ni se está haciendo un buen uso de los recursos disponibles.
“Hablemos de lo que importa: Necesitamos maestros de alta calidad y certificados que sean apoyados financiera, moral y éticamente. El problema no es la falta de fondos porque este estado es uno de los más ricos del país. El problema es que en Florida no se invierte suficiente en la educación”, asegura.
Pero la responsabilidad también recae en los votantes. Por eso, el consejo es cuestionar a todos los que se postulen para cargos públicos. “Si no hablan de invertir en las escuelas o de apoyar más a los maestros, no voten por ellos”.
A nivel local, aunque en Miami-Dade hay un referéndum por bonos escolares que fue aprobado en el 2018 y se espera sea renovado este año, el problema es mayor si se tiene en cuenta el alto costo de vida.
“Quizás acá un maestro puede ganar más que uno que vive al norte del estado. Sin embargo, ese docente paga menos en vivienda y aún ofreciendo incentivos, nunca vamos a estar a la par del costo de vida. En Doral, muchos se han mudado porque su renta subió y ya no pueden trabajar y vivir acá”, comenta Christi Fraga, miembro de la Junta Escolar de Miami-Dade por el distrito 5.
De acuerdo con la representante, no hay suficientes fondos y el costo operativo de la junta escolar está por las nubes. Sin embargo, en su opinión habría más dinero disponible si se llevaran a cabo iniciativas que recortaran un poco ese costo operativo como consolidar colegios que tienen una tasa de inscripción baja.
Con el fin de mitigar los bajos salarios del distrito son dos las iniciativas que se están explorando: Se están haciendo negociaciones con el sindicato para beneficiar a los profesores y hay un proyecto en movimiento de viviendas subsidiadas para trabajadores. “A través de una alianza público-privada, vamos a tener escuelas con un componente de casas para maestros”, cuenta Christi.
La voz de maestros y padres
La preocupación de maestros y padres frente al nuevo año escolar es evidente. Por eso, hablamos con cuatro de ellos quienes nos contaron que los docentes están renunciando por el bajo salario y porque no se sienten respetados.
“Empecé a enseñar en el 2001 con un salario base de entre $35.000 y $40.000. Hoy gano $48.017 más un bono de $8.764. Una persona que fue mi estudiante se hizo maestra y está ganando tan solo $1.000 menos que yo”, afirma una maestra de un colegio público de Doral que prefirió conservar el anonimato.
Pero, además, los educadores están desempeñando más labores que antes de la pandemia. “En el 2021, los niños regresaron a las clases con muchos problemas académicos y sociales y esto se tradujo en mayor carga laboral para nosotros. Cada día nos piden hacer más cosas y el dinero no aumenta”.
Afirma que casi todos sus compañeros de trabajo tienen un segundo empleo. “Un amigo tiene un negocio de paisajismo, otra hace tutorías y otro enseña en una universidad. Yo trabajo en bienes raíces y vivo fuera de Doral porque me es imposible costear los costos de vivienda locales”.
Alexandra Chace, quien va a cumplir 22 años en el sistema de educación pública, está en una situación similar. Asegura que gana solo $1.500 más que una docente principiante y combina su rol de maestra de primaria con el de bartender por el cual hace mucho más dinero. “Tengo hasta una maestría y no puedo sobrevivir con un solo sueldo”.
“Es una bofetada lo que ganan quienes terminan de educar a mis hijos. No puede ser que solo sean reconocidos con lo que juntemos los padres para darles un regalo de Navidad”, sostiene Carolina Mejía, madre de Miami y autora del blog ‘La mamá latina’.
Adicionalmente, los maestros se están saliendo del sistema porque no tienen autonomía para enseñar. “La educación en USA está obsoleta y los profesores no tienen la libertad para abordar diversas situaciones”, comenta Carolina, quien tuvo que inscribir a uno de sus hijos en un colegio privado porque no pudo adaptarse a la rigurosidad del sistema público ni recibió solución alguna.
Y es que el hecho de que no hayan buenas condiciones laborales para los docentes ni suficientes disponibles perjudica especialmente a los niños. Esta es una de las preocupaciones que tiene Denise Gallamini, pues dice que en el colegio de sus hijos, ubicado en Broward, faltarán 18 maestros.
“Uno de mis hijos tuvo una brecha de aprendizaje porque empezó el Kinder en plena pandemia. Ya está nivelado, pero ¿qué va a pasar con esos niños que aún tienen vacíos en el aprendizaje si no hay suficientes maestros disponibles?, ¿quién les va a ayudar a alcanzar sus objetivos si estarán en aulas aún más saturadas de niños frente a profesores desmotivados que en cualquier momento pueden renunciar?”.
Al respecto y en cuanto al distrito escolar de Miami-Dade, Christi asegura que los niños no van a ser desamparados. “Lo más importante para nosotros es la estabilidad de nuestros estudiantes y no queremos que ellos empiecen el año con un maestro y lo terminen con otro. Por eso, ellos no se van a quedar sin instructores, como último recurso enviaríamos a las escuelas personas de nuestro departamento administrativo para cubrir las vacantes que se necesiten ya que todos son maestros”, comenta.
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