¿Trastorno Dismórfico Corporal o Hipocondría de la Belleza?
6 herramientas claves que te ayudarán a enfrentarlo.
ESPEJITO, ESPEJITO…DIME QUIEN ES EL MAS BONITO
Por Dra. Klara Senior, @KlaraSenior Médico Cirujano Experto en Medicina Estética, Antienvejecimiento, Medicina de Obesidad y Láser Dermatoestético.
Quisiera parecerme a….quisiera lucir como… quisiera ser talla 0….Estos son planteamientos, que a diario escuchan los cirujanos plásticos y/o médicos estéticos. Los estereotipos de belleza, pueden influir hasta el punto de pretender cambiar el aspecto físico, para siempre.
Como el cuento infantil: La bella y la Bestia, muchos sueñan con la posibilidad de transformarse, como por acto de magia, en un individuo de sublime belleza. Evidentemente, los medios, publicidad y apariencia de los famosos, crean falsos estereotipos. Cuantas veces no hemos escuchado: “Quisiera la cintura de Thalia, los labios de Angelina Jolie o los abdominales de Superman”. Recientemente, la Sociedad internacional de Cirugía plástica y estética hizo una encuesta, a 20.000 cirujanos de 84 países, sobre como influyen los famosos, en las decisiones de los pacientes. Los resultados fueron impresionantes. La gran mayoría desea imitar o tratar de parecerse a algún ídolo en particular; desea cambiar su apariencia de forma drástica.
Sin embargo, cada ser humano tiene una morfología particular, que incluye forma del rostro, labios, ojos, condición física, contextura, por solo nombrar algunos puntos. Es imposible que una mujer de 50 años, luzca como de 15, y además con los rasgos de Scarlett Johansson. ¿Podriamos hablar entonces del TRASTORNO DISMORFICO CORPORAL (TDC)?
El TDC, también conocido como “Hipocondría de la Belleza”, es un trastorno que describe una preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto percibido en las características físicas, sea real o imaginado. Si dicho defecto existe, la preocupación y ansiedad experimentada por estas personas es excesiva, ya que lo perciben de un modo exagerado.
La ética y los nuevos estándares de la medicina estética, dan cuenta de lo importante que es conservar la expresión natural del rostro, mejorando solo la apariencia de la piel y contrarrestando el paso del tiempo con tratamientos no invasivos o mínimamente invasivos como la radiofrecuencia, los diferentes tipos de láser, el plasma rico en plaquetas (PRP), la luz intensa pulsada (IPL), la microdermabrasión con punta de diamante y el botox®, entre muchos otros. Es de suma importancia darle seguridad al paciente y tratar de trabajar con su autoestima. “Las caras congeladas o rellenas, donde apreciamos labios y/o pómulos artificiales definitivamente ya no están de moda, se hace vital trabajar con un equipo de salud (médicos expertos, fisioterapeutas y enfermeras profesionales), para los que la armonía entre cuerpo, mente y espíritu sea fundamental. Siempre le digo a mis pacientes que “cada quién es irrepetible” y que si bien podemos mejorar su condición física, bien sea corporal o facial, la belleza interior es algo que tenemos que cultivar”
El TDC, no sólo se presenta por tratar de “imitar” a un rostro o cuerpo deseado, también hay casos en los que el paciente desea “agradar” bien sea a su pareja o al entorno. No digo que esté mal someterte a algún tratamiento estético, siempre y cuando no sea por satisfacer las expectativas de otros. Busca dentro de ti y enfócate en fortalecer tu autoconfianza y autoestima. Sigue estas 6 herramientas claves que te ayudarán a enfrentarlo:
- Acéptate y valórate tal cual eres, todos los seres humanos tenemos “un encanto particular”, encuentra el tuyo y explótalo.
- Practica el “Autoelogio”, no te maltrates, trátate a ti mismo con amor.
- Muévete, esta demostrado que hacer ejercicio nos hace sentir más atractivos, aumenta las endorfinas y ayuda a combatir la depresión.
- Vive el presente, disfruta aquí y ahora de cada momento de tu vida. Vive… Canta… Llora… Ríe!!!
- Saca tiempo para ti, busca tu bienestar y tu autosatisfacción. Un tratamiento de belleza nunca esta de más, siempre y cuando no te conviertas en esclavo de tu apariencia. Eso sí, ponte siempre en manos médicas profesionales que busquen conservar la expresión natural de tu rostro, mejorando la apariencia de tu piel y de tu cuerpo, sin pretender convertirte en quien nunca haz sido.
- Si sientes que “no lo puedes manejar”, estas deprimido y con angustia desmedida por algún defecto de tu cuerpo busca ayuda psicoterapéutica o psiquiátrica profesional.
Lo importante de reseñar, es que tanto cirujanos plásticos como médicos estéticos, debemos trabajar por el bienestar del paciente. Que evidentemente, no sólo se circunscribe a la parte física. Una mujer de contextura gruesa, nunca, por muchas cirugías o dietas y ejercicios que haga, podrá llegar a tener una cadera estrecha. Un paciente de labios finos, no debería tener que cambiar su rostro, buscando la opción de inyecciones que aumenten su grosor de forma definitiva, y que además de antinaturales pueden poner en riesgo la salud y su vida. La estética, definitivamente es importante, pero como todo, en exceso, puede ser perjudicial, sino se trata la mente y el espíritu al mismo tiempo.
Recuerda siempre: “cada ser humano es único e irrepetible”… La “verdadera belleza está dentro de ti y se reflejará en tu espejito, espejito”.