Armas 3D: Una amenaza para nuestra seguridad.

La publicación de los planos en internet fue bloqueada por un juez federal

 

 Este tipo de armas no podría ser reconocidas por los detectores de metales. Sería un peligro de alcances aún desconocidos

 

Edda Pujadas, @epujadas

 

De plástico, sin seriales ni número de inventario, sin registro de su dueño y sumamente fáciles de destruir. Así son las armas 3D, las cuales podrían estar al alcance de cualquier persona independientemente de su edad, estado psicológico o antecedentes penales.

Lo peor es que, a partir del pasado miércoles 1ero. de agosto del 2018, cualquier individuo podría descargar los planos de estas armas e imprimirlos en máquinas especiales en tres dimensiones. Afortunadamente, justo cuando parecía que los planos diseñados por la empresa Defense Distributed estarían disponibles para cientos de miles de personas, un juez federal estadounidense bloqueó la publicación en internet de estos manuales.

En su fallo, el juez Robert S. Lasnik, con tribunal en el estado de Washington, dijo que la publicación de los manuales por parte de la organización Defense Distributed de Texas, supondría una probabilidad de daño irreparable. Reafirmaron que las pistolas de plástico impresas en 3D son armas de fuego que funcionan completamente, a menudo hechas con resina o plástico utilizando una impresora 3D, lo que las hace virtualmente indetectables cuando se transportan a través de un detector de metales o de dispositivos de seguridad pasados.

El inicio de esta era de armas descargables estuvo a punto de comenzar tras el acuerdo entre la administración Trump y Defense Distributed, sin embargo, los congresistas de ocho estados demandaron al gobierno de Estados Unidos por permitir que la empresa publique planos descargables para fabricar un arma con una impresora 3D, argumentando que este tipo de pistolas de plástico, difíciles de controlar, benefician a terroristas y delincuentes y son una amenaza para la seguridad pública, además de que pueden derretirse fácilmente y así, destruir la evidencia de un crimen.

Por su parte, en Florida, el senador Bill Nelson presentó una legislación para bloquear la publicación en línea de planos que pueden usarse para hacer pistolas completamente impresas en 3D.  Indicó que “estás armas de fuego de plástico impresas en 3D pueden evadir nuestros sistemas de detección y son una amenaza directa para nuestra seguridad nacional”.

Nelson incluso hizo referencia al importante trabajo de seguridad y prevención que se está haciendo para proteger nuestras escuelas a raíz del tiroteo en Parkland. “Ningún esfuerzo servirá de nada si puedes, simplemente, imprimir una de estas pistolas de plástico indetectables por los detectores de metales”.

Durante años, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha señalado que permitir que estos planos para pistolas impresas en 3D se publiquen en línea violaría los controles federales de exportación porque los códigos digitales ayudarían a facilitar la fabricación de armas a las que se puede acceder libremente en todo el mundo.

Sin embargo, en medio de esta polémica, expertos de la industria armamentística expresaron sus dudas acerca de que los delincuentes vayan a tomarse tantas molestias dado que las impresoras de tercera dimensión son muy caras, las armas tienden a desintegrarse rápidamente y con todos estos obstáculos de por medio es mucho más sencillo para ellos conseguir un arma real.

Vale la pena recordar que Cody Wilson, fundador de Defense Distributed, publicó diseños para fabricar un arma con una impresora 3D por primera vez en 2013. Estos planos se descargaron alrededor de 100,000 veces hasta que el Departamento de Estado ordenó su retirada argumentando que violaban las leyes federales de exportación ya que algunos se habían consultado desde fuera del país.

Posteriormente, Defense Distributed demandó al Departamento de Justicia y aseguró estar siendo víctima de un programa de intimidación y acoso por motivos ideológicos que vulnera sus derechos contemplados en la Primera Enmienda. Siendo así, Wilson y su compañía llegaron a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos que les permitía reanudar, el 1ero. de agosto del 2018, la distribución legal de sus archivos, lo cual fue, como ya sabemos, impedido por la decisión de un juez federal.

Para muchos, este último intento de evitar que Defense Distributed funcione libremente es, probablemente, contraproducente, al generarse el efecto de que, cuando se censura algo, esto se convierte en aun más apetecible. Es más, los archivos todavía están disponibles en muchos sitios torrent descentralizados, así como en una gran cantidad de repositorios (depósitos de documentos digitales) de archivos de diseño de impresión en 3D.

¿COMO FUNCIONAN?

Estas armas se imprimen en piezas a través de una impresora 3D, piezas que el usuario ensambla posteriormente. Normalmente, el único metal en el arma es el percutor y la bala en sí. Además, hay un problema de seguridad añadido: algunas pistolas de plástico pueden evadir detectores de metales, con tan solo el pequeño percutor y una pieza de acero indetectables.

Cada arma es reutilizable y dispara una cantidad diferente de rondas, dependiendo del tipo de arma hecha con la impresora. Obviamente, las pistolas impresas pueden ser letales y disparar cientos de rondas, pero no son tan duraderas como las convencionales y muchos campos de tiro en el país impiden su uso.

Cuando en el año 2016 se creó una primera pistola semiautomática en su mayoría impresa en 3D, su creador, un habitante de West Virginia, indicó que tuvo que usar un poco de metal para completarla. El cañón de la pistola comenzó a derretirse después de unos 18 disparos si no se dejaba enfriar antes de disparar.

Por cierto, los usuarios de Defense Distributed, quienes solo necesitan pagar una pequeña tarifa e incluir un correo electrónico, nombre de usuario y contraseña para registrarse, también pueden compartir sus propios diseños de armas, revistas y accesorios.

Ante la renaciente amenaza de las armas 3D, lo único que podría salvarnos de que un gran número de personas dispongan de una versión en 3D de un AR-15 semiautomática es la propia tecnología, pues la impresión 3D no está lo suficiente masificada y es aún muy costosa.

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