El auge de las monedas digitales

La aceptación de grandes inversionistas, bancos, empresas y personas comunes, por comprar monedas digitales (como el Bitcoin)  se ha intensificado en los últimos meses.

 

Por: Edda Pujadas

 

Las monedas digitales o criptomonedas han ocupado una gran porción de la repercusión social durante los últimos años, pero el aumento de las compras y transacciones online durante la pandemia, aceleró de forma exponencial el interés sobre el uso de las divisas digitales como una alternativa para gestiones financieras en un mundo cada vez mas digitalizado.

“Hoy en día, hay dos tipos de personas; las que ya usan monedas digitales y las que van a usarlas”. Con esta frase el economista Iván Jiménez explicó que el dinero como lo hemos concebido hasta hoy está desfalleciendo, siendo sustituido por una forma de intercambio monetario que se sustenta en la tecnología, es fácil de adaptar y evita todo tipo de devaluación.

Considera Iván Jiménez que, para entender la digitalización de la moneda, primero hay que saber qué es una moneda y cómo se origina. Una moneda es un medio para intercambiar bienes y servicios que está asegurada por el Banco Central, pero ahora el dinero digital tiene una manifestación que no es tangible, pues ya no es sólo papel o monedas.

El Bitcoin es una moneda digital, pero no es la única. Hoy en día existen muchas mas, como el Ethereum, Litecoin y el Dogecoin que es una versión más evolucionada y ofrece mas seguridad y mayor libertad para realizar transacciones.  El Ripple, es otra moneda digital destinada, principalmente, a los créditos; es decir, son los propios usuarios los que ceden el dinero de unos a otros y registran las deudas y los créditos.

La mayoría de las aplicaciones así como los sitios web relacionados con la mayoría de estas monedas evolucionan cada vez mas rápido debido a la demanda de las mismas. La mayoría de las monedas digitales se venden por centavos de dólar de valor nominal. El precio varía constantemente, tal como ocurre con el dólar o el euro,  y la volatilidad puede llegar a ser extrema, porque no hay ningún organismo que las controle; sube y baja en relación a cómo se mueve el mercado.

Para entender cómo funciona realmente las monedas digitales, el economista Iván Jimenez nos explica que, “Realmente, ya tenemos años relacionados con las transacciones digitales. Hacemos y aceptamos transferencias en las que nosotros no vemos el dinero, sino que confiamos en un digito que pasa de “A” a “B” y que, para nuestra tranquilidad está asegurado por los bancos, por lo que consideramos que es una actividad segura”.

Y es justamente la seguridad lo más importante de las transacciones digitales, pues no hay Banco Central o bancos intermediarios que la respalden. Es simplemente un acuerdo transaccional entre dos partes. Cómo se asegura o valida este intercambio monetario? La respuesta es por medio del Blockchain (cadena de bloques, por su denominación en español).

 

BLOCKCHAIN, CADENA DE BLOQUES

El Blokchain fue inventado por una persona (o grupo de personas) usando el nombre Satoshi Nakamoto en el año 2008 para servir como el libro de contabilidad de las transacciones públicas de la criptomoneda bitcoin. La identidad de Satoshi Nakamoto sigue siendo desconocida hasta la fecha.

Blockchain es lo que realmente hace valida la transacción digital. Es un sistema de registro de información de una manera que dificulta o imposibilita cambiar, piratear o engañar al sistema, pues se duplica y distribuye a través de toda la red de sistemas informáticos en una cadena de bloques. Cada bloque de la cadena contiene una serie de transacciones y cada vez que se produce una nueva transacción se agrega un registro, generando una base de datos.

El Blockchain funciona al incluir el identificador del último bloque en el identificador en el siguiente bloque para crear una cadena inquebrantable e inmutable. La clave para mantener los datos de blockchain manejables y seguros es a través de un algoritmo llamado “hash” en combinación con una estructura de datos de consolidación conocida como “Merkle Tree”.

Cuando una transacción ha sido verificada y debe agregarse a un bloque en una cadena, se someterá a un algoritmo hash para convertirla en un conjunto de números y letras únicos, similar a lo que crearía un generador de contraseñas aleatorias.

Luego, se combinarán dos hash de transacción y se someterán al algoritmo de hash para producir otro hash único. Este proceso de combinar múltiples transacciones en nuevos hash continúa hasta que finalmente solo queda uno: el “hash raíz” de varias transacciones.

Es imposible deshacer el hash o revertir el proceso, utilizando los números y las letras para descifrar los datos originales. Si el proceso de hash se repite con exactamente las mismas transacciones, se crearán exactamente los mismos hash.

Esto permite que cualquiera que use Blockchain pueda verificar que los datos no hayan sido manipulados, porque cualquier cambio en cualquier parte de los datos resultará en un hash completamente diferente, afectando cada iteración de hash hasta la raíz. Esto se conoce como “Merkle Tree”.

Para ejemplificar este proceso, Jiménez señala, “vamos a considerar que hay un millón de servidores en el mundo que, simultáneamente, están validando una transacción digital. Esto implica que, las transacciones anteriores también fueron validadas y que, para deshacer o borrar la que usted hizo hay que eliminar, a la vez, exactamente en el mismo momento, todas las transacciones anteriores.”

 

Ahora, dónde está el peligro? Ese activo no se guarda, así que hay que tener un Wallet (billetera digital, por su denominación en español) y debe existir un Exchange (intercambio, igualmente, por su denominación en español) que registra la transacción de bloque.

Una billetera digital permite a las personas almacenar y administrar sus transacciones y monedas digitales. Gestiona transferencias en criptomonedas, ayuda a intercambiar fondos fácilmente y tiene la capacidad de convertirlos nuevamente a la moneda local del usuario. Las transacciones son seguras, ya que están firmadas criptográficamente.

Las billeteras digitales se pueden crear en la web desde su computadora o bajando en su teléfono las aplicaciones disponibles tanto para iOS como para Android. Tan solo tiene que ingresar su dirección de correo electrónico, crear contraseña segura, aceptar los términos de uso y ya tendrá su wallet.

Según los expertos en la materia, las mejores billeteras de este año son: Exodus (para quienes están empezando), Electrum (para usuarios avanzados e interesados sólo en Bitcoin), Mycelium (para usuarios móviles),  Ledger Nano X (la mejor billetera de hardware), Trezor Model T (para una gran cantidad de criptomonedas) y Ledger Nano S. (mayor valor por su dinero).

Igualmente, debe tener una cuenta de Exchange que le permita hacer el intercambio de monedas, la cual debe vincular con su billetera. Es justamente esta plataforma lo que le dará la opción de convertir el “dinero real” como dólares estadounidenses a monedas digitales.

Las plataformas o aplicaciones más recomendadas para su cuenta de Exchange son: Coinbase y Coinbase Pro (la mejor en aspecto general), Cash App (para principiantes), Binance (mejor para Altcoins) y Bisq (para los intercambios descentralizados).

En cuanto a la masificación de las monedas digitales, el economista Iván Jiménez considera que poco a poco su uso será más generalizado, pues de hecho ya son aceptadas para la compra algunos productos como, por ejemplo, propiedades inmobiliarias y vehículos.

Empresas de tarjetas de crédito como Visa y Mastercard, decidieron facilitar las transacciones de sus clientes en criptomonedas. El proveedor de servicios de pago PayPal, también anuncio recientemente que permitiría a los clientes comprar productos utilizando criptomonedas como bitcoin, litecoin, ethereum o bitcoin cash. Y ahora, los gobiernos también están invirtiendo en esta tecnología!

Otro punto a favor del uso de las monedas digitales es la sencillez, pues es tan simple como que tu aceptas enviar la transacción y la otra persona acepta recibirla. Es como un correo electrónico, pero de dinero.

Pero invertir en las monedas digitales también conlleva a ciertos riesgos. Y uno de ellos, es que son susceptibles a errores y ataques informáticos. 

Jiménez advierte que el delito más grande relacionado con estos intercambios tecnológicos es el ataque a las billeteras digitales, así que recomienda, antes de adentrarse en el uso de estas monedas lo más importante es educarse, aprender los términos y riesgos, cómo asegurar su activo y cómo obtener mayor valor por dinero.

 

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