Ramón Rodríguez, más allá del salón de clases.

“LO QUE TE HACE VALIENTE SON TUS IDEAS”

De defensor de los Derechos Humanos en Cuba a maestro de historia en Miami, Ramón Rodríguez sostiene que el rol social de los ciudadanos se ha ido perdiendo en pro del bienestar individual, lo cual ha ido en detrimento de los sistemas políticos 

Edda Pujadas, @epujadas.-

Ramon Rodriguez“Soñé con cambiar las cosas por las buenas, con cambiar a mi país sin sangre”, con estas palabras describe el maestro Ramón Rodríguez sus años como defensor de los Derechos Humanos en su natal Cuba de la que tuvo que salir forzosamente hace 19 años.

Ramón Rodríguez se desempeña como profesor de historia y cívica en el middle school de la escuela Dr. Rolando Espinoza K-8 Center de Doral, donde trata de transmitir a sus alumnos la importancia de la democracia y la libertad de expresión, a través de la historia y de la experiencia que le da el haber sido un perseguido político en Cuba. 

Rodríguez fue amenazado, víctima y prisionero del régimen castrista en sus años de juventud cuando, ya siendo un profesional de la educación, entendió su responsabilidad como ciudadano frente a un sistema de gobierno que no dejaba que su pueblo tuviese libertad de expresión, ni de pensamiento.

En Miami, se enamoró de la historia de Estados Unidos y de su Constitución, en la que, según las palabras del maestro Rodríguez, está plasmada la base del sistema democrático, que no se limita a ejercer el derecho al voto, sino que permite y estimula las libertades plenas.

DE AQUELLOS AÑOS EN CUBA 

Al pueblo cubano se le obliga a vivir atemorizado, asegura Rodríguez, frase con la que pretende explicar las razones por las que la población de esta isla no ha logrado oponerse frontalmente al poder de los Castro. “En Cuba cuando piensas diferente te da miedo decírselo hasta a tu familia”.

Ante este panorama de miedo y escasez, a los luchadores desprotegidos como Ramón Rodríguez no les queda otra alternativa que salir de su patria, por eso es que “los cubanos estamos regados por todo el mundo y definitivamente, cuando el pueblo se va hay que analizar al gobierno”.

Asegura que toda la escasez alimentaria que padece el pueblo de Cuba es una política de Estado para que la población mantenga la mente ocupada en tratar de conseguir la comida diaria y no tengan tiempo de pensar en la situación política de su país. “En Cuba no hay comida, no hay ropa, pero lo más grave es que no hay libertad”. 

Explica que le inculcaron desde niño que Fidel y la patria eran lo mismo, pero su espíritu de libertad lo llevó a oponerse al sistema, haciéndose miembro de una organización de Derechos Humanos, a través de la cual trató de cambiar los destinos de su patria en un vano intento de enfrentarse al régimen sin violencia.

IMG_0370 copySu lucha social lo llevó a ser expulsado de su trabajo, blanco de constantes amenazas y prisionero político en varias oportunidades. “A veces, era más feliz cuando estaba preso, porque sentía que estaba ahí por mis ideales y eso, en cierta forma, me hacía libre, a pesar de estar tras las rejas de una cárcel”. 

Una de las más fuertes experiencias que vivió Rodríguez en prisión fue cuando lo mantuvieron once días encerrado tras convocar a una manifestación contra el gobierno en la Plaza de la Revolución. A la manifestación, la seguridad del Estado mandó a sus grupos opresores y a él, lo metieron en un mínimo cuarto, donde comía al lado de un hueco donde hacía sus necesidades. “No podía bañarme, ni cepillarme los dientes”.

En realidad, fueron tantas las veces que el maestro Rodríguez estuvo entrando y saliendo de prisión durante sus últimos seis años en Cuba que tomó por costumbre dejar la puerta de su casa abierta para que, cuando los agentes de seguridad del gobierno lo fuesen a buscar entraran sin tanta violencia y sin asustar al resto de la familia.

Sin embargo, insistió Rodríguez, “son tus ideas las que te hacen valiente, así que encontré la serenidad para soportar estos momentos tan duros. Cuando te opones al régimen cubano sufres un proceso en el que, primero, tratan de persuadirte y convencerte de que te alíes a ellos y cuando no aceptas, es que viene la amenaza y al represión”.

Para este histórico maestro, una de las partes más difíciles de ser un preso político es la preocupación por su familia, pues al no poder trabajar no hay forma de mantener a sus hijos, por lo que considera que una verdadera ayuda para quienes pagan prisión por sus ideales políticos es colaborar económicamente con sus desprotegidas familias.

UNAS PALABRAS PARA VENEZUELA 

La experiencia de Ramón Rodríguez como defensor de los Derechos Humanos y conocedor de la historia Latinoamericana y de Estados Unidos, le otorga el justo derecho de hacer un llamado al pueblo de Venezuela que, a su juicio, sigue la senda trazada por el gobierno de Cuba.

“Los venezolanos deben unirse bajo un mismo destino: lograr la salida del sistema gubernamental de Nicolás Maduro. No es el momento de protagonismo, es el momento de unirse y permitir que exista el pluralismo necesario para el rescate de Venezuela”, acotó Rodríguez. 

Asegura que las estrategias de gobiernos como los de Cuba y Venezuela es sembrar el odio para crear divisiones, así que la única vía válida para que el proceso que viven los venezolanos culmine con la recuperación de la democracia en ese país es que sus ciudadanos de unan bajo el único objetivo de salir de quienes ostentan el poder en la actualidad.

 

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