Al mal tiempo, buena cara!

 

La tormenta más reciente arrojó un resultado favorable y motivó nuevos proyectos de infraestructura en Doral.

 

Por: Diana Bello Aristizábal

 

El pasado 15 de noviembre, Miami-Dade y Broward fueron azotados por una tormenta que duró 24 horas. En este último condado, las clases escolares fueron canceladas al día siguiente, mientras en el primero retomaron con normalidad. Dado que esta situación se repite cada vez con más frecuencia por el cambio climático, conviene analizar cuál fue el balance y qué se puede mejorar.

En Doral, que recibió más de 14 pulgadas de lluvia, el balance fue positivo porque pese a que se saturaron los sistemas en las calles por el exceso de lluvia, el agua se drenó a un ritmo más acelerado que en otros años, lo cual permitió que la jornada transcurriera con relativa calma para la mayor parte de la población salvo para quienes viven o tenían que pasar entre las avenidas 79 y 87 a la altura de las calles 53 a 58 que experimentaron mayores inundaciones.

Sin embargo, según informó la alcaldesa Christi Fraga en ese momento, hacia el mediodía, aproximadamente, más de un 40% de la ciudad había sido drenada y el resto de la jornada se siguieron abriendo canales con el fin de despejar las calles completamente.

Entre tanto, los niños de las Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade asistieron a clase, aunque ante la mirada crítica de algunos padres que no estuvieron de acuerdo en que los colegios permanecieran abiertos. A un mes de este evento, ¿qué se puede decir sobre las decisiones tomadas y qué viene a futuro tanto para los residentes de Doral como para la comunidad educativa?

 

El foco de atención de Doral

De acuerdo con Christi Fraga, la tormenta de noviembre dejó claro que se debe trabajar en la avenida 79. “Este es un caso especial que aún estamos pensando cómo abordar porque no podemos levantar el terreno en toda la avenida ya que eso crearía un hueco que generaría peores inundaciones”, explica.

Por esta razón, la propuesta de la alcaldesa es hacer un taller el próximo año con los propietarios de esa zona y bajo la asesoría de un ingeniero con el fin de analizar en conjunto cuáles podrían ser las soluciones para mitigar el impacto de las tormentas.

Además de este proyecto, la administración ejecutará otros que hacen parte de un plan aprobado de cinco años para proyectos de aguas pluviales. “Hemos presupuestado 3 millones de dólares para el año fiscal 2023-2024 que serán destinados a hacer mejoras de infraestructura”, sostiene. 

 

La comunidad educativa

Con respecto a las escuelas públicas del condado, el representante de la junta escolar por el distrito 5, Danny Espino, explicó que las clases no se cancelaron porque hubo problemas localizados, pero no generalizados y tampoco se registraron ráfagas de viento sostenidas por encima de las 35 millas por hora. “Tomamos la decisión después de contactar al National Hurricane Center y al Miami-Dade County Emergency Management Department para recibir retroalimentación”.

Adicionalmente, se contactó a todos los directores de escuela, quienes confirmaron que las condiciones en sus planteles eran secas, a excepción de un solo colegio. “Cancelar las clases hubiera implicado que muchos padres no podían ir a trabajar”.

 

En cuanto a cómo se prepara el distrito escolar para nuevas tormentas, Espino aseguró que continuarán trabajando en sus planes de emergencia y en mejorar las comunicaciones con otras agencias y con los condados vecinos con el fin de tomar las mejores decisiones.

 

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