Donar órganos: Un acto de generosidad que transforma vidas

En tiempo de Acción de Gracias

 

Para aquellos que esperan un trasplante de órganos, su vida se aferra a una esperanza y quienes hoy viven tras haber recibido una donación de órgano, le dan gracias al que tuvo este acto de bondad extraordinaria con ellos

 

Por: Edda Pujadas

 

“La donación de órganos es un acto de generosidad humana extraordinaria.” Con esta frase el médico cirujano Nicolás Brozzi, quien forma parte del equipo del Instituto de Trasplantes del Jackson Memorial Hospital y de la Universidad de Miami, resume la importancia que puede tener dar vida después de la vida.

Y es que en está época que celebramos Acción de Gracias, nada más noble que reflexionar sobre el trasplante de órganos, visto desde las dos perspectivas: desde la posibilidad que cada uno de nosotros tenemos de brindar vida a alguien más y desde el agradecimiento de aquellos que fueron receptores de un órgano que les permitió superar sus enfermedades y recuperar su vida.

Dr. Nicolas Brozzi, MD
Dr. Nicolas Brozzi, MD

El doctor Brozzi no sólo lleva más de 10 años realizando operaciones de trasplante de órganos, sino que es un activo promotor de la importancia de la donación, para lo cual se basa en las estadísticas del Instituto de Administración de Recursos y Servicios de Salud de Estados Unidos que indican que más de 113 mil personas figuran en la lista nacional de espera de trasplantes.

De estas personas que están en la lista de espera, dos de cada tres son mayores de 50 años, unos 2 mil son menores de 18 años de edad y más del 59 % pertenecen a minorías étnicas. Estás cifras también indican que, cada diez minutos, se agrega alguien a la lista nacional de espera de trasplantes y aproximadamente, 22 personas mueren cada día esperando un trasplante en los Estados Unidos.

Ahora, la generosidad humana también ha traído buenas noticias, ya que, en promedio, se realizan 95 trasplantes cada día en nuestra nación y el 2018 ha sido el año en que mayor cantidad de trasplante de órganos se ha efectuando, alcanzado la cifra de 36 mil 528 trasplantes completados. Hay que destacar que el 2018 es ya el sexto año consecutivo en que esta cifra va en ascenso.

Un donante puede salvar ocho vidas, ya que puede donar hasta ocho órganos: corazón, dos pulmones, hígado, páncreas, dos riñones e intestinos, lo cual es el mejor ejemplo de dar vida después de la vida. Con respecto a los donantes vivos, en el 2018 se realizaron 6 mil 900 trasplantes de personas que siguen con vida.

El Instituto de Trasplantes del Jackson Memorial Hospital y de la Universidad de Miami, al que pertenece el doctor Brozzi, fue recientemente clasificado como el segundo centro de trasplantes más grande en los Estados Unidos, por lo que su experiencia le permite explicar que el proceso de donación de órganos está estrictamente regido por leyes y se realiza bajo extrema supervisión médica.

“Si bien entendemos que hay convicciones religiosas que entran en conflicto con la donación de órganos, es importante alejar los prejuicios y temores sobre los trasplantes, pues ningún médico va a dejar morir a un paciente porque sea donante de órganos. Nuestra misión siempre es y será salvar vidas”.

Para el doctor Brozzi, la mayoría de las personas se sensibilizan con la donación de órganos cuando ellos mismos o alguien de su familia se enferma y necesita un órgano. “Debemos, realmente, reflexionar sobre este tema y entender que tenemos el compromiso de ayudar y que no hay regalo más valioso que el regalo de la vida”.

“Brindar la esperanza de vida a otra persona es tan grandioso que ayuda a las familias a sanar el dolor del duelo y a aliviar la pena de haber perdido a un ser querido. Mitigar el padecimiento de otros ayuda a sanar la tristeza propia y nos hace receptores de un agradecimiento infinito”, señala el doctor Brozzi.

Estas tres historias de agradecimiento nos dan un ejemplo de todo lo que puede lograr la donación de órganos.

 

“MAMI, AHORA REGRESO”

“Mami, ahora regreso”. Esta era la frase que Idalio Rivero le decía a su madre cada una de las veces que tuvo que ser operado por problemas en su hígado, pues, a pesar de las múltiples complicaciones que tuvo que padecer siempre mantuvo la fe en Dios y la esperanza de que seguiría con vida.     

“Todo empezó hace nueve años, cuando estando en Kentucky sentí una molestia en la ingle y vi que se me estaba formando una pelotica. Pues la pelotica terminó siendo la evidencia de que tenía hígado cirrótico en estado 4, que no servía ningún tratamiento y necesitaba un trasplante urgente”, nos cuenta Idalio.

Idalio Rivero

Idalio, quien en ese entonces tenía 29 años, ingresó en una lista de espera y su vida dependía de la llamada del Jackson Memorial Hospital, la cual recibió después de seis meses. “A pesar de que me llamaron, me dijeron que tenían un hígado que podría servir para mi, pero que yo estaba en segunda posición, primero tenían que ver si era compatible con una niña de siete años que tenía prioridad en la lista”.

Relata Idalio que son momentos de reflexiones y decisiones muy duras, pero, aun a cuesta de su propia vida, él mantuvo la esperanza de que la niña pudiese recibir el órgano. “Como los caminos de Dios son maravillosos, la pequeña fue compatible con el hígado y en menos de 24 horas apareció otro hígado para mi”.

Desafortunadamente, tras 18 horas de operación y varios días de dolorosa recuperación el organismo de Idalio rechazó el hígado, hubo que operarlo de nuevo y los médicos le dieron solo una semana de vida, por lo que se fue a su casa. “Aun así no perdí la fe, recuerdo que un día me sentí tan mal, que en mis pensamientos le dije a Dios: te necesito ahora”.

“A la media hora recibimos una nueva llamada del Jackson Memorial Hospital porque tenían otro hígado para mi. Está vez ningún médico quería operarme porque estaban seguros que iba a fallecer en el quirófano, pero el doctor Andreas Tzakis, a quien le estaré eternamente agradecido, si lo hizo y me salvó la vida”.

Tras un año de recuperación y pasar de 40 a tan solo cuatro pastillas diarias, hoy Idalio Rivero es un hombre fuerte y saludable, que además de darle las gracias a quien le donó el hígado y a sus familias, quiere trasmitir el mensaje de la importancia de la donación de órganos. “Es una bendición que está en nuestras manos, el hecho de poder darle la oportunidad de vida a alguien más”.

 

“SI QUIERES RECIBIR, TIENES QUE ESTAR DISPUESTO A DAR”

Maylen Blardonis padecía de riñon poliquístico, una enfermedad genética, heredada por la vía paterna, la cual padecían ella y su hermano, quien, a pesar de que también había conseguido el órgano necesario para su trasplante, sus condiciones de salud le impidieron seguir con vida, por lo que el tiempo es un factor determinante para preservar la vida de estos pacientes.

En el 2014, uno de los quistes estalló causando daños irreversibles en el riñón de Maylen, por lo que fue incluida en la lista de espera de trasplante. “Estar en una lista de espera es muy duro. Es una espera sin fecha, ni hora que hace estragos con tu cerebro y con tus sentimientos y que afecta a toda la familia”.

Maylen Blardonis

Originalmente, Maylen sólo necesitaba un trasplante de riñón y tenía una amiga que había decidido donarle uno de sus riñones siendo totalmente compatible con ella. Desafortunadamente, su caso se complicó y además de trasplante de riñón, también necesitaría un hígado, por lo que la espera continuaba.

Cuando empezó a recibir las llamadas del Jackson Memorial Hospital acerca de la posibilidad de órganos, las noticias no fueron siempre buenas. “En una ocasión, me dijeron que estaba de segunda en la lista, fui al hospital, pero la primera persona recibió el trasplante y tuve que seguir esperando. Esto me deprimió mucho”.

Ya era mayo del 2015 cuando recibió una segunda llamada. Esta vez ella encabezaba la lista, pero los familiares del donante necesitan tiempo para meditar y no estaban listos para tomar esa decisión. Tras esta nueva frustración, ya Maylen no tenía muchas esperanzas, pero las oraciones de sus amigos nunca cesaron y tan sólo un día después, llegó su momento”.

Finalmente, Maylen recibió un hígado y un riñón en Cleveland Clinic, siendo operada por el doctor Andreas Tzakis. “Después de haber recibido dos órganos, les quiero dar las gracias a quienes fueron y son donantes. Cualquiera puede necesitar ser incluido en una lista de trasplantes, porque una condición médica o un accidente pueden cambiar la vida en un segundo. Si deseamos recibir, hay que también estar dispuesto a dar”.

  “Yo creo que, si alguien tiene dudas sobre convertirse en donantes de órganos, puede pensar en mi. Cuando fallecemos no podemos llevarnos los órganos, sin embargo, otra persona puede vivir gracias a ellos. Lamentablemente, hay muchas ideas erróneas y mitos en torno a la donación de órganos que impiden que potenciales donantes se registren, mientras que miles de personas mueren cada año a la espera de un órgano que nunca llega”, reflexiona Maylen.

 

“LA VIDA SIGUE ATRAVES DE OTRAS PERSONAS”

Un tumor en el hígado trató de acabar con la vida de Julio Ferreira. Afortunadamente, un trasplante de hígado, la bondad del donante y sus familiares y los cuidados médicos, lograron que hoy Julio siga aquí agradeciendo la oportunidad de vivir y contándonos su historia.

Julio Ferreira

Tras recibir quimioterapia localizada y sin vías alternas de mejoría, el trasplante de hígado se convirtió en la única opción para que Julio pudiese curarse, por lo que ingresó de inmediato en la lista de espera y su estado de salud era tan grave que, incluso, encabezaba las prioridades de esta lista.

El camino no fue sencillo, pues el primer trasplante no fue exitoso y las condiciones físicas de Julio empeoraban. “Mi organismo estaba muy deteriorado, lo que más me hacía sufrir era no poder compartir con mi familia, disfrutar de su compañía, jugar con ellos, por lo que la nueva espera fue una etapa de mucho sufrimiento y desesperanza.”, comenta Julio.

Julio y su familia tuvieron que esperar tres largos y duros años hasta que apareciera un hígado compatible de un joven de 17 años. “Gracias a Dios, este donante salvó mi vida y trajo de nuevo la felicidad a nuestro hogar. Mi hija siempre dice que este ha sido el mejor regalo que ha recibido en su vida.”.

  Hoy, Julio está tan agradecido que ya no recuerda el sufrimiento de esos tres años, sólo mantiene la alegría de estar vivo. “Dios, el donante, su familia y los médicos me dieron la oportunidad de estar aquí. “Al igual que mi donante, todos podemos tenemos la oportunidad de salvar vidas y permitir que nuestra propia vida siga a través de la vida de otras personas.”.

 

SER DONANTE

Es interesante saber que si bien, el 95 % de los adultos estadounidenses están a favor de la donación de órganos, sólo el 58 % está inscrito como donante. Si bien está cifra equivale a más de la mitad de la población adulta de nuestra nación, hace falta contar con más, pues cada día se suman más personas a la lista de espera y algún día podríamos ser nosotros o nuestros familiares.

Hay dos formas de registrarse, la más sencilla es por internet, a través de la página: https://www.organdonor.gov/register.html. También puede hacerlo en persona en cualquiera de las oficinas del Departamento de Transporte, donde se sacan o renuevan las licencias de conducir. Registrarse toma solo unos minutos y todo lo que necesita es cierta información de identificación y su licencia de conducir o número de identificación con foto.

Lo más importante es que entienda que inscribirse en el registro estatal es una decisión personal y significa que algún día podría salvar vidas de otros como donante y dar el regalo de la vida. Al inscribirse, la mayoría de los estados le permiten elegir qué órganos y tejidos desea donar y usted puede actualizar su perfil en cualquier momento.

Finalmente, es muy importante que le cuente a sus familiares y amigos que se ha registrado como donante de órganos para que, en caso de ser necesario, ellos puedan apoyar sus deseos.

 

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