En tiempo de Acción de Gracias: Más voluntarios locales dispuestos a ayudar!

 

Por: Diana Bello Aristizábal

 

¿Qué podrían tener en común el huracán Ian, la crisis de Ucrania o el tiroteo en una escuela de Uvalde? En todos ellos ha estado presente Global Empowerment Mission (GEM), y su equipo de voluntarios, que fue fundada por un residente de Miami y cuya sede principal se encuentra en Doral.

Esta organización sin ánimo de lucro se dedica a proporcionar ayuda humanitaria en varios frentes a individuos alrededor del mundo que se han visto afectados por cualquier tipo de desastre.

Dado que este año ha estado marcado por un número significativo de desastres que han impactado las vidas de millones de personas alrededor del mundo y para quienes el apoyo de organizaciones como esta ha sido clave, en esta edición de Acción de Gracias, Doral Family Journal quiere agradecerle a GEM y a su equipo de voluntarios por su valiosa labor.

Aunque sabemos que son muchas las organizaciones que este año han brindado apoyo a las víctimas de una catástrofe y sus esfuerzos han sido visibles, en esta oportunidad queremos exaltar el trabajo de esta en particular porque ha abarcado un gran número de desastres y es un buen ejemplo del impacto positivo que se puede crear en medio de la adversidad.

Tan solo en el 2022, GEM ha brindado ayuda humanitaria a los damnificados de los huracanes Lisa, Ian y Fiona, las inundaciones en Pakistán y el sureste de USA, los incendios en California, Europa, Nuevo México, Arizona y el Bronx, el tornado en Kansas, el tiroteo en la escuela de Uvalde y la crisis en Ucrania.

Mucho más que ayuda humanitaria

Global Empowerment Mission fue fundada en el 2011 por Michael Capponi tras el terremoto de Haití del 2010. Este desastre sirvió de inspiración para establecer la organización luego de que Capponi, quien estaba trabajando en la zona, observara de primera mano algunas ineficiencias en la ayuda humanitaria que recibió la población de ese país.

Fue así como creó una organización que opera bajo un modelo de trabajo eficiente y de gran alcance. “Nosotros no movilizamos una gran cantidad de personal internacional para cada desastre como lo hacen algunas organizaciones porque eso agota los recursos dado que los voluntarios y trabajadores necesitan hospedaje, comida y boletos de avión”, explica Emily Fullner, COO (Chief Operations Officer) de GEM.

GEM, en cambio, trabaja con las personas que viven en el área del desastre con el fin de ahorrar recursos y responder ágilmente. “Llevamos ayuda humanitaria a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible y por la menor cantidad de dinero”, dice Fullner.

Para lograrlo, ésta establece alianzas con colegios, iglesias, gobiernos y empresas locales que se encargan de convocar y reunir a los voluntarios y recoger donaciones. Dado que sus aliados están involucrados en la operación y conocen mejor las características y necesidades de la zona de desastre que GEM, los tiempos de respuesta son más rápidos.

Un buen ejemplo de la efectividad de este modelo es lo ocurrido con el huracán Ian para el cual se pudo establecer una alianza con una iglesia local en las primeras 24 horas posteriores al impacto.

De esta manera, la comunidad de Fort Myers fue auxiliada por cientos de voluntarios desde el comienzo de la tragedia sin necesidad de esperar a que llegara apoyo de otros estados o países. El resultado: 194 personas ubicadas en casas temporales.

“Siempre hay más que suficientes personas dispuestas a ayudar a su comunidad local, así que nos concentramos en empoderar a esos individuos que normalmente saben cómo movilizar a su gente”, comenta Fullner.

Pero su modelo de trabajo no es lo único en lo que GEM marca la diferencia, pues también lo hace con el tipo de ayuda que brinda que no se acaba en el momento en que se mandan las donaciones o son rescatadas las víctimas. La labor de esta organización es mucho más extensa y está distribuida en tres fases.

En la primera, se da una respuesta inmediata a la catástrofe. Primero se hace un reconocimiento y evaluación del desastre, un proceso de búsqueda, rescate y mitigación de pérdidas y se crean alianzas con otras empresas para recoger donaciones y armar kits con artículos como medias, productos de higiene y todo lo necesario para sobrevivir después de perderlo todo.

En la segunda, por otro lado, se atiende de una manera más completa a las víctimas una vez que ya han recibido la ayuda vital tras el desastre. En este periodo, reciben tarjetas de efectivo para imprevistos a corto plazo, alojamiento y refugio temporal o suministros de sustento.

Por último, en la tercera fase se llevan a cabo prácticas de desarrollo sostenible a largo plazo y en coordinación con gobiernos y socios público-privados. La meta detrás de esta labor es crear una comunidad autosuficiente y próspera a través de la construcción de viviendas e infraestructuras permanentes y reparaciones en hogares, escuelas y hospitales, entre otras iniciativas.

Pero en ocasiones las tres fases no se dan de forma cronológica sino al mismo tiempo como es el caso de la crisis en Ucrania en donde GEM trabaja en las fases 1, 2 y 3 en simultáneo.

 

El Sur de la Florida tiene los mejores voluntarios

La satisfacción que experimenta la organización con su labor no sería posible sin el trabajo que día a día realizan los voluntarios quienes donan tiempo y dinero en beneficio de los más vulnerables.

Ellos están presentes en cada población a donde llega la tragedia, pues aún en un mundo en el cual hay mucha indiferencia siempre es posible encontrar gente empática y solidaria. Estas cualidades, según cuenta Fullner, caracterizan a la comunidad del Sur de la Florida.

“De todos los lugares del mundo en los que hemos estado, las comunidades del Sur de la Florida sobresalen por ser de las más generosas y las que más reconocen que tienen la habilidad de ayudar a otros en tiempos de crisis y no dudan en hacerlo. Por esta razón, hemos escogido al Doral como nuestra sede principal”, afirma Fullner. La organización tiene otras dos sedes: Una en Kiev (Ucrania) y otra en Varsovia (Polonia).

Doral cuenta con oficinas administrativas, una bodega de almacenamiento de donaciones y un espacio de ensamblaje donde los voluntarios clasifican y empacan cajas con artículos de primera necesidad. Es en nuestra ciudad donde todo comienza y por eso en los picos más altos del desastre reciben voluntarios y despachan camiones con donaciones todos los días.

“Ha sido realmente increíble, particularmente por el huracán Ian, ver cómo diferentes organizaciones locales quieren involucrarse de alguna manera, bien sea ayudando a producir cajas de suministros familiares o haciendo donaciones. Nuestra coalición de apoyo local se está volviendo muy fuerte”, sostiene Fullner. Tan solo por el huracán Ian se han enviado más de 40 camiones con donaciones a las zonas afectadas.

Entre las organizaciones locales que se han involucrado en tareas de ayuda para catástrofes está Florida Blue que en su primera jornada de voluntariado, que se llevó a cabo en la segunda semana de octubre, llegó a las oficinas de Doral con 30 voluntarios que lograron empacar 400 cajas con destino a Fort Myers.

“Para nosotros es muy importante ayudar a nuestra comunidad, especialmente en un evento de la magnitud del huracán Ian. Estuvimos analizando por mucho tiempo con cuál organización nos queríamos asociar y GEM nos pareció la mejor opción entre otras cosas porque nuestra oficina también está en Doral”, narra Fiorella Smyth del área de responsabilidad social corporativa.

Lo más maravilloso para ella, quien lidera esta alianza y estuvo a cargo de conformar el equipo de voluntarios, fue que lejos de tener que forzar o motivar a los empleados de la compañía para que se ofrecieran de voluntarios, ocurrió todo lo contrario. “Tan solo 10 minutos después de enviar la convocatoria por correo electrónico, ya habían respondido 30 personas”.

Una de ellas fue Ivy Patron, quien se solidarizó con la comunidad de Fort Myers porque al haber sido damnificada del huracán María en su paso por Puerto Rico, conoce muy bien lo difícil que se pone la vida en los días posteriores a un desastre.

“Yo no tuve agua ni luz por meses y por eso ahora cuento mis bendiciones y me genera mucha satisfacción poder ayudar a quienes están pasando por lo mismo. Ellos necesitan estar cómodos y no sentir frío ni hambre, especialmente cuando hay niños en casa”, asegura.

Quienes quieran apoyar la gran labor que realiza GEM con donaciones o trabajo voluntario pueden acercarse a las oficinas ubicadas en 1850 NW 84th Ave, Suite 100 o llamar al 800-995-7604. ¡Por más historias de impacto positivo en nuestra comunidad!

 

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