Foro sobre violencia doméstica: “Eligiendo el amor y no el abuso”

Por: Diana Bello Aristizábal

 

Se cree que 1 de cada 3 mujeres experimentarían violencia doméstica a lo largo de la vida, mientras en el caso de los hombres, 1 de cada 4. Estas cifras fueron divulgadas en el foro ‘Eligiendo el amor y no el abuso: Promoviendo relaciones sanas y no violencia doméstica’ que se llevó a cabo a finales de octubre en el West Campus de Miami Dade College para sensibilizar a la comunidad sobre una problemática que muchas veces es silenciosa pese a las marcas emocionales y físicas que deja.

Impulsado por el concejal de Doral, Oscar Puig-Corve, el foro reunió a cinco panelistas y un orador principal que compartieron sus conocimientos sobre un asunto que no es ajeno a los residentes de Florida, pues casi el 40% de las mujeres del estado y el 30% de los hombres, sufrirían violencia, violencia sexual y acoso a manos de su pareja alguna vez en la vida, según la Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica.

Las panelistas fueron: Yaneth Baez, de la Oficina del Fiscal Estatal por Miami-Dade; Barbara Romani, sobreviviente de violencia doméstica; Roselaine Monestime, directora de Prevención de Violencia Interpersonal de Miami Dade College; Dr. Rachna Buxani-Mirpuri, consejera licenciada en salud mental y fundadora de Buxani Counseling Care y Valeria Perez, especialista en defensa de víctimas de delitos en el Centro Coordinado de Asistencia a Víctimas de Miami-Dade County.

Las diferentes caras del abuso

En primer lugar, hay que decir que la violencia doméstica no se limita a una agresión física. “Se presenta cuando uno de los dos miembros de una pareja ejerce una cantidad desproporcionada de poder y control sobre el otro”, dice Ivon Mesa, oradora principal del foro y quien lleva 30 años ayudando a víctimas de violencia y trata de personas.

Por esta razón, sus manifestaciones son diversas. “A algunos de mis clientes les han quitado todo el auto respeto que tenían porque no pueden salir a la calle, administrar su dinero o tener una tarjeta débito. Eso es violencia financiera”, explica la Dra. Buxani-Mirpuri.

Otras formas de abuso incluyen no permitir que el compañero sentimental adquiera un trabajo, violencia sexual o prohibirle que se relacione con familiares o amistades, entre otras. “Los perpetradores lo hacen para aislar a su víctima y que se sienta completamente sola”, dice Valeria Perez.

Lo más triste es que se trata de una problemática que no discrimina a nadie, es decir, cualquier individuo sin importar su estatus económico, género, raza, nivel educativo o edad puede convertirse en víctima de violencia doméstica. Es una cuestión de autoestima y puede ocurrir de forma súbita cuando de un momento a otro un ser amado se convierte en verdugo o paulatinamente.

Este fue el caso de Barbara Romani, quien hace 50 años estuvo casada con un maltratador por siete años. “Todo era maravilloso al principio, el era encantador. Después trató de matarme en varias ocasiones”, dice.

Barbara narra que una noche llegó a casa después del trabajo y lo escuchó hablando de manera sugestiva con una mujer por teléfono. Cuando su exesposo se dio cuenta, la siguió, le quitó la ropa y llamó a su mamá para avisarle que en 20 minutos mataría a su hija. Acto seguido, arrancó el teléfono de la pared y puso una cadena alrededor de la cerradura de la puerta para que no pudiera pedir ayuda o escapar.

Luego de golpear su cabeza repetidamente contra una superficie, la policía, contactada por su mamá, tocó a su puerta y le salvó la vida. Esa no sería la última vez que vería a su verdugo, pues luego de vivir con sus padres por un tiempo tuvo que regresar por miedo a represalias. Tiempo después y con mucho esfuerzo pudo divorciarse.

“La gente vio cosas que yo no vi porque estaba muy enamorada. Por eso, mi consejo para los más jóvenes es que siempre escuchen lo que dicen sus más allegados porque pueden estar viendo algo que ustedes no”.

Sin embargo, para Barbara era mucho más difícil de lo que sería para una persona en la actualidad ver banderas rojas, pedir ayuda o escapar. El mundo en ese entonces no conocía de programas de protección u órdenes de restricción y este tipo de problemas no se hablaban en público.

Hoy este comportamiento es un delito y ya no es un asunto privado. “Los oficiales de policía ya no pueden ejercer la discreción en este tipo de casos como antes. Si hay una acusación de violencia doméstica, lo más probable es que alguien sea arrestado para proteger a la víctima. Además, ahora se puede obtener una orden de restricción y si ésta es violada, eso constituiría un acto criminal por el cual se puede enfrentar hasta 364 días de cárcel”, explica Yaneth Baez.

Por eso, hoy alzar la voz es un deber de todos. “Hay que tomar una posición al respecto para así poder erradicar la violencia doméstica”, agrega Mesa. Dejar de hacerlo no solo le hace daño a quien la sufre sino al resto de la sociedad, hasta a los niños, porque la otra cara de la violencia es que tendemos a normalizarla. Así, un niño puede crecer pensando que los golpes están bien.

“Al final del día que una persona pueda escapar de una situación así no depende solo de él o ella sino de toda una comunidad que puede ayudarle a encontrar los recursos”, comenta Valeria Perez.

Recursos:

– Miami-Dade County Coordinated Victims Assistance Center: (305) 285-5900.

– Roxcy Bolton Rape Treatment Center: (305) 585-7273.

– Florida Domestic Violence 24-Hour Crisis Hotline: 1-800-500-1119

 

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