Sin el financiamiento de ARPA – Se acerca una crisis en la industria del cuidado infantil

 

Por: Diana Bello Aristizábal

 

El 90 por ciento del cerebro de un niño se desarrolla durante los primeros cinco años de vida, periodo en el cual normalmente asiste a un centro de cuidado infantil. Aun así, históricamente estos establecimientos no han recibido los recursos necesarios para proveer un servicio de calidad hasta el 2021 cuando la industria obtuvo $24 mil millones de ayuda federal a través del American Rescue Plan Act (ARPA). Este programa caducó a finales de septiembre.

La cancelación de este programa, que por un poco más de dos años mantuvo a flote el sector, supondría un duro golpe para los dueños de los centros subsidiados, para los trabajadores de cuidado infantil, para las familias que dependen de ellos y, en últimas, para la economía del país.

“Los años que pasan los niños en un centro de cuidado infantil preparan el escenario para su éxito posterior en la vida. Por eso necesitamos asegurarnos de que estén listos para entrar a Kindergarten”, asegura Rachel Spector, directora de programas de The Children’s Trust, quien explica que los fondos de ARPA tenían como propósito estabilizar un sistema que ya estaba roto y mejorar la calidad del servicio.

Representó la mayor inversión de dinero para la industria en la historia, lo cual en su momento permitió mantener más programas abiertos, aumentar los salarios a los trabajadores de cuidado infantil, ofrecerles más beneficios y seguridad contra el COVID-19 y mejorar las condiciones de los establecimientos y de los costos de matrícula.

Fue una ayuda completamente necesaria en medio de la crisis que trajo la pandemia que requirió más que nunca los servicios de enfermeras, policías, bomberos y trabajadores de la salud. Muchos de ellos tenían hijos y poder dejarlos en buenas manos mientras salían a trabajar era imperativo.

 

¿Qué viene ahora?

Dado todo lo que significó la inyección de capital recibida en el 2021, la ausencia de este podría traer una crisis que va mucho más allá del sistema mismo. Los centros de cuidado infantil que no encuentren fondos adicionales para operar podrían terminar cerrando. Así mismo, disminuirían los salarios, aumentarían los costos de matrícula y también los despidos y renuncias de trabajadores, impactando la calidad del servicio.

“Todos los niños deberían tener acceso a cuidado de alta calidad, pero si los trabajadores no están bien compensados estos centros no podrán proveer el mejor servicio, tal como ocurre al entrar a una tienda en la que sabes serás bien atendido si los empleados están felices y correctamente remunerados”, dice Spector.

Este escenario podría traer graves consecuencias para la economía, pues si no hay suficientes programas de cuidado infantil disponibles, los padres y cuidadores tendrían que tomar decisiones como acortar sus horas de trabajo o abandonar el mercado laboral. Al haber menos personas generando ingresos, habría también menos dinero invertido en bienes y servicios.

A juzgar por un reciente informe de Florida Chamber of Commerce, ya hay un problema. Según sus cifras, el estado pierde $911 millones anualmente en ingresos fiscales debido a la crisis del cuidado infantil, mientras el 64% de los padres de niños pequeños faltaron al trabajo o a clases al menos una vez en los últimos tres meses por motivos relacionados con el cuidado infantil y el 15% renunciaron a un empleo en los últimos seis meses por las mismas razones.

Por otro lado, el aumento en los precios de las matrículas golpearía a las familias que no califican para un subsidio. “Será muy complicado para los centros de cuidado infantil subir los precios porque la gente simplemente no puede costearlos. Actualmente alrededor de la mitad de las familias están gastando hasta un 20% de su salario en servicios de cuidado infantil”, explica Spector.

 

Una luz en el camino

Pese a que el panorama no es alentador, existen recursos disponibles. The Children’s Trust lidera la iniciativa ‘Thrive 5’ por medio de la cual invierte dinero en programas de cuidado infantil, ofrece becas a las familias que no tengan acceso a subsidios y premia a maestros para su retención, entre muchas otras acciones.

Así mismo, a nivel legislativo se está intentando aumentar el umbral de ingresos para calificar al subsidio del programa ‘School Readiness’ para familias, aunque aún es necesario trabajar en torno a la paridad de salarios entre los trabajadores de educación temprana y los maestros de colegios K-12.

Por parte del condado, también se están haciendo esfuerzos, pues la oficina de la alcaldesa Daniella Levine Cava acaba de comprometer $3 millones a la industria.

Las familias que necesiten ayuda para costear servicios de cuidado infantil pueden visitar la página web: https://familyservices.floridaearlylearning.com/ sección ‘School Readiness’. Quienes no califiquen a este programa serán incluidos en la lista de espera de ‘Thrive 5’.

 

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