En tiempos de inflación: El sueño americano se desvanece
La reciente subida de los intereses ha hecho a muchos preguntarse si nos enfrentaremos a una recesión económica, sin embargo, la tasa de desempleo sigue estando por debajo del 4% y el gasto por parte de los consumidores es muy fuerte, lo que aleja esta posibilidad para el 2022
Por: Edda Pujadas
Hacer que el dinero sea más caro ha sido la estrategia del gobierno de Estados Unidos para bajar los índices de inflación, pero subir los intereses para solicitar prestamos, se convierte en un ataque directo al sueño americano que implica tener una casa, carros y general, cualquier bien destinado a mejorar la calidad de vida.
Así lo explica el economista Tulio Rodríguez quien analiza el escenario de una posible recisión, explicando el origen principal de la inflación sostenida. “La emisión de deuda en los últimos 30 años ha sido imparable. La administración de Bush le metió entre cinco y seis trillones de dólares como consecuencia de los ataques a las torres gemelas en septiembre del 2001, luego Obama le sumó ocho trillones más por la crisis bancaria y Trump enfrentó la crisis del COVID 19, sumándole seis trillones en sólo cuatro años”.
Biden está haciendo exactamente lo mismo, emitiendo aún más compromisos de pago, lo que va desarticulando el signo monetario y ha hecho que la deuda esté $30 trillones de dólares por encima del producto nacional bruto del país. “Le hemos ido quitado poder a la moneda y esto genera inflación”.
Adicionalmente, la oferta de productos sigue siendo insuficiente para atender a la demanda debido a los persistentes problemas en la cadena de suministros, agravados por el cierre de fábricas en China por los nuevos brotes de COVID19 y por la guerra entre Ucrania y Rusia que se inició a finales de febrero.
Rodríguez también trae a colación que durante la pandemia se le mandaron cheques a las personas a sus casas, se les dieron líneas de crédito a las empresas, se tuvo que poner dinero inorgánico a circular para que las personas se mantuvieran en las casas y las empresas no despidieran a sus empleados, lo cual generó un exceso de liquidez en la calle.
“Ahora los federales están recogiendo ese dinero, aumentando la tasa de interés, encareciendo el costo del dinero, de los préstamos, por lo que yo llamo a este fenómeno como un ataque al sueño americano y que, a pesar de ser una medida necesaria para frenar la inflación, golpea mucho la calidad de vida”.
Señala Rodríguez que el incremento de las tasas de interés ha complicado al sector inmobiliario que ya viene enfrentando un déficit de inventario, porque cuando hay inflación la gente se refugia en ladrillos para no perder su capital. “Tenemos, entonces, a inversionistas comprando para no perder su dinero, lo que está generando mayor demanda”.
“También se suma el problema de la geopolítica mundial que está muy complicada. Latinoamericana está con tendencias a los gobiernos de izquierda, Canadá esta una situación preocupante y Europa se está desdibujando, lo que ha traído a inversionistas extranjeros ha comprar propiedades en Estados Unidos, incrementando aun más la demanda”.
Aclaró Rodríguez que este escenario es muy diferente al del 2008, cuando se generó la ola de Short Sales y Foreclosures (por sus denominaciones en inglés), ya que tanto el mercado inmobiliario como el financiero están mucho más sólidos y robustos, lo genera una estabilidad sobre las propiedades.
“Ahora, el gobierno está determinado a detener la inflación, así que los intereses seguramente aumentaran de nuevo, provocando una desaceleración de mucho sectores y una disminución de la calidad de vida, por lo que pienso que vienen dos años complicados. Creo que la recesión va a venir, pero no se en cuánto tiempo, ni con que agresividad, porque tenemos reservas, el país está estructurado para resistir y la verdad es que, las cosas están funcionando, porque hay inflación, pero también hay empleo.”.
Ahora, qué es realmente una recesión. Según una entrevista que EFE le realizó al profesor de economía de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, Connel Fullenkamp, las recesiones se caracterizan por el empeoramiento de la economía durante, al menos, dos trimestres consecutivos.
Las recesiones conllevan una merma del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios. Estas retracciones provocan, a su vez, que se despidan trabajadores y por ende, aumente el desempleo, por lo que el profesor Fullenkamp considera que uno de los escenarios más previsibles es una desaceleración del crecimiento económico.
Fullenkamp no detecta indicadores, para el 2022, de una recesión real. La tasa de desempleo sigue estando por debajo del 4% y el gasto por parte de los consumidores es muy fuerte. Indica que la verdadera preocupación podría ser a partir del 2023, cuando esta desaceleración podría desembocar en una recesión.
Por su parte, el director del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca, Brian Deese, ha admitido el riesgo de recesión, pero lo denominó como un período de “transición” que podría vivir la economía del país tras la pandemia. “Estamos aun en transición de lo que ha sido la recuperación más fuerte en la historia moderna de Estados Unidos a lo que puede ser un periodo de crecimiento más estable y resistente que funcione mejor para las familias.”.
Jerome Powell, jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos es, obviamente, más optimista y asegura que el crecimiento económico de la Reserva Federal se ubica en un 2% este año e hizo referencia a la situación del mercado laboral, que se ha recuperado después de la caída por la pandemia, con un tasa de desempleo de apenas 3.6%.
Para Powell, se espera un crecimiento este año, pues el gasto de los hogares y las inversiones de los negocios fueron consistentes incluso en el primer trimestre, que fue lento en otros sectores. “Tenemos una economía sólida y nada sugiere que está cerca o que estemos vulnerables a una recesión.”, afirmó.
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