Planificación Financiera: Prepárese para la temporada navideña

 

Por: Diana Bello Aristizábal

 

Octubre es el mes de la planificación financiera y, por tanto, la ocasión para revisar las finanzas personales de cara a la temporada de fin de año, que supone un aumento significativo de los gastos, con el fin de evitar que la economía del hogar se vea perjudicada por no hacer una proyección a futuro.

 

Se trata de una tarea que requiere disciplina, conocimiento y estrategia en la que entran en juegos factores como los ingresos, los gastos, la capacidad de ahorro y de generar nuevas fuentes de dinero.

 

Además, también es necesario tener en cuenta la situación económica del país, pues tomar una decisión financiera en un momento inoportuno puede generar más escasez que abundancia. Con el fin de ayudarlo a culminar el año con buena salud financiera, a continuación algunas pautas que debe comenzar a poner en práctica desde ya y no dejarlas para el último mes del año.

 

Presupuesto y ahorro

Para empezar, es preciso aclarar que sin importar el mes del año en que se comience a hacer una planeación financiera, los elementos a valorar siempre serán los mismos. El primero de ellos es tener claridad sobre los ingresos. “La regla de oro es que los gastos no deben ser superiores a los ingresos”, dice Carolina Acero, experta en planeación financiera.

 

Esto es más sencillo de comprobar en este mes del año porque ya hay un historial de nueves meses en los que se sabe cuánto dinero total ha entrado hasta ese momento y cuánto se ha gastado. En este sentido, solo queda por proyectar los tres meses del año restantes.

 

“El presupuesto se debe analizar de forma anual primero y luego mensual teniendo en cuenta que algunos meses del año suponen un gasto superior como diciembre. Sin embargo, si sabemos cuánto teníamos presupuestado gastar en los 12 meses del año (por ejemplo, 90 mil dólares) y ya hemos gastado 70 mil, solo tenemos que trabajar sobre los 20 mil que nos quedan”, explica Carolina.

 

Pero, ¿qué pasa cuando una familia no tiene conocimiento sobre lo anterior? En estos casos, se debe hacer un presupuesto desde cero por estos tres meses teniendo en cuenta tres elementos: gastos, ingresos y ahorro.

 

Debido a que hay una gran diferencia entre elaborar un presupuesto y realmente llevarlo a cabo, Nelson Sotomayor, profesor de economía de Miami-Dade College, sugiere emplear aplicaciones móviles para crear uno y controlar los gastos como, por ejemplo, Rocket Money, Mint o YNAB.

 

“Muchas de estas apps son gratuitas, se pueden conectar a la cuenta bancaria, arrojan información al usuario sobre cuánto está gastando o le envían notificaciones cuando ya se está acercando al techo de su presupuesto. Son muy apropiadas para quienes se les dificulta monitorear sus gastos”, comenta el profesor.

 

Si al evaluar los ingresos sobre los egresos no sobra para el ahorro, la recomendación es volver a analizar los gastos con el propósito de determinar cuáles de ellos son prescindibles.

 

Por ejemplo, si en el presupuesto original se dejan 300 dólares para salidas familiares pero no sobra dinero para vacaciones y regalos de Navidad, se puede decidir salir una o dos veces al mes en lugar de cuatro.

 

En este aspecto, es necesario tener flexibilidad, adaptabilidad y claridad sobre lo que es verdaderamente importante para cada familia. Si, por ejemplo, son los regalos de Navidad entonces es una buena idea cambiar un plan en un restaurante, que puede suponer un gasto de 60 a 200 dólares, por una noche de películas en casa.

 

Otra fuga de dinero que puede impedir ahorrar viene de las marcas y artículos que se eligen en comida, vestuario o similares. Por eso, Nelson Sotomayor sugiere preferir marcas baratas y prescindir o reemplazar aquellas frutas, verduras o productos de la canasta familiar que estén en alza.

 

Además, es posible ahorrar en rubros como la gasolina. “Hacer carpool (viaje compartido) con compañeros de la oficina o el estudio que vivan en la misma área o usar el tren o la bicicleta si está en una zona como el Downtown de Miami puede ser muy útil”, comenta.

 

Las aplicaciones del celular, los servicios de streaming, de televisión por cable o de telefonía celular también pueden disminuir la capacidad de ahorro de las familias. Por eso, conviene monitorear las diferentes compañías que a veces ofrecen planes promocionales o más económicos.

 

“La idea es siempre ahorrar como mínimo un 20 por ciento de los ingresos porque ese dinero puede salvar a una familia que quizás presupuestó mal o tuvo un gasto inesperado. En tal caso, se puede recurrir a ese ahorro para solventar una deuda o un gasto importante”, agrega Carolina.

 

Hay que tener en cuenta que una vez la planificación financiera se convierte en un hábito a largo plazo, se pueden integrar otros elementos como las inversiones para generar mayores rendimientos.

 

Pero para saber en qué invertir es necesario primero identificar si el dinero se requerirá en el corto o en el largo plazo. “En mi casa invertimos en la bolsa con el propósito de ahorrar para la educación de nuestras hijas porque está demostrado que a 15 o 20 años siempre se gana”, añade Carolina Acero.

 

Sin embargo, si el dinero se necesitara en el corto plazo, es decir, de 3 a 5 años, su sugerencia es poner los ahorros en un certificado de depósito o en bonos del tesoro. “No aconsejo ingresar todos los ahorros en esto, debe dejarse una parte en una cuenta corriente para que se pueda disponer del dinero inmediatamente en caso de una emergencia”, puntualiza.

 

Cuidado con las tarjetas de crédito

Planear la economía del hogar para la temporada decembrina o para generar un hábito de consumo y ahorro saludable a largo plazo implica no solo la elaboración de un presupuesto sino también conocer cómo está la economía.

 

De acuerdo con Nelson Sotomayor, la inflación seguirá alta en los meses venideros. “Ahora está en 8.3% y puede que quizás llegue al 8 o 7.5 por ciento. Debido a este escenario y a que el desempleo continúa bajo, definitivamente la reserva federal va a seguir incrementando las tasas de interés, por lo cual este no es un buen momento para comprar una casa, adquirir grandes deudas o llenar las tarjetas de crédito”, asegura.

 

En cuanto a las tarjetas de crédito, aunque puede ser tentador emplearlas para las compras navideñas o los viajes de fin de año, la recomendación es usarlas lo menos posible porque fluctúan de acuerdo con las tasas de interés.

 

“Los incrementos de las tasas de interés han sido muy rígidos y fuertes. Normalmente, bajo circunstancias normales, la reserva federal hace aumentos de 25 puntos base, es decir, 0.25 por ciento. Sin embargo, últimamente han sido de 0.75 por ciento y esta tendencia al alza seguirá así hasta el final del año”, afirma.

 

En su lugar, Sotomayor comenta que es mejor recurrir al sistema ‘buy now, pay later’ o compre ahora, pague después que ofrecen algunas compañías. Bajo este modelo, los consumidores pueden pagar por sus productos y servicios a cuotas sin que se les cobren intereses.

 

“Es una buena opción para alguien que está con un presupuesto ajustado o que quiere distribuir sus pagos pero no hay que abusar de él porque las compañías cobran una penalidad por pagos efectuados tarde y es fácil que se acumule una deuda”, advierte.

 

Al respecto, Carolina Acero opina que la gente usa las tarjetas de crédito en exceso porque está acostumbrada a vivir del día a día. “No hay que olvidar que se trata de una deuda que se adquiere cuando el gasto es superior al dinero que entra”, sostiene.

 

Lo anterior significa que lejos de prescindir de ellas, lo prudente es darles un uso inteligente. Hacerlo implica saldar la deuda en el mismo mes en que se compra con el fin de mejorar la historia crediticia y recibir los beneficios que otorgan.

 

Y, ¿qué hacemos con las compras navideñas? Los expertos afirman que lo mejor es comenzar pronto, bien sea en octubre o en noviembre. “Es mejor efectuar las compras poco a poco de aquí hasta diciembre porque entre más cerca estemos de la Navidad más caras se pondrán las cosas”, asegura Sotomayor.

 

Lo ideal es que los regalos estén incluidos dentro del presupuesto, es decir, que se les asigne una cuantía máxima que se puede fijar de acuerdo al historial de años anteriores. “Si no hay un historial, es aconsejable hacer una lista de los regalos para dar y el dinero que se invertirá en cada uno. En este rubro, hay que incluir también los regalos a los profesores y los aportes de fin de año en el colegio de los niños”, dice Carolina.

 

De esta manera, la planificación financiera es, sin duda, la mejor manera de mitigar el impacto económico que supone el fin de año y el primer paso para tener una buena salud financiera durante todo el año.

 

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