RMHC: 36 años haciendo de esta casa un hogar real.

¡Gracias Ronald McDonald House Charities of South Florida!

 

Por Diana Bello Aristizábal

 

Vivimos en un mundo complicado en el que a diario escuchamos muchas historias de personas, cuyas vidas dan un giro radical por un accidente, una enfermedad o un suceso desafortunado para el cual no están preparados. Sin embargo, justo en esos momentos suelen aparecer ángeles de todos lados encarnados en voluntarios que, sin ningún interés personal, están dispuestos a prestar sus manos, sus ideas o sus recursos para ayudar.

Entre ese abanico de historias, quizás las que más necesitan de esos ángeles, muchas veces anónimos, son aquellas que protagonizan los niños cuando son diagnosticados con una enfermedad de gravedad o sufren un accidente.

Es ahí cuando juegan un papel fundamental las diferentes organizaciones sin ánimo de lucro y sus voluntarios aliados que brindan un apoyo invaluable a las familias pediátricas a través de diferentes programas, cuya finalidad es proporcionar un poco de paz en medio de la adversidad.

Por esta razón, en esta edición de Acción de Gracias, Doral Family Journal quiere agradecerles por su incansable labor que no sería posible sin las donaciones, en tiempo o recursos, de diferentes corporaciones e individuos. A todos, les extendemos un gran ‘Gracias’ por cambiar la vida de millones de familias alrededor del mundo.

Aunque sabemos que son muchas las organizaciones que brindan apoyo a familias con menores de edad, en esta oportunidad queremos agradecer especialmente a Ronald McDonald House Charities of South Florida a propósito de su aniversario número 36 que se celebrará el próximo 16 de noviembre.

 

Los cimientos de un gran sueño

En agosto de 1982 se inauguró la casa del sur de la Florida en un terreno donado por el Jackson Memorial Hospital en Miami. Es una de las 13 casas que hay en la Florida y una de las más de 364 que existen en los 64 países y regiones donde tiene presencia Ronald McDonald House.

La primera se construyó hace 46 años luego de que el jugador de fútbol americano Fred Hill, de los Philadelphia Eagles, supiera que su hija de dos años sufría de leucemia. Él vivía en los suburbios de Philadelphia y tenía que trasladarse continuamente a la ciudad para llevarla al médico.

Fred se dio cuenta de lo difícil que era para algunos padres, como el, vivir en un lugar y trasladarse frecuentemente a otro a muchas millas de distancia para acompañar a sus hijos, por lo cual le expresó su preocupación a la doctora Audrey Evans, una pediatra oncóloga que trabajaba en el Hospital de niños de Philadelphia.

Evans solicitó ayuda a McDonalds para la construcción de una casa que quedara cerca al hospital y en la que los padres pudieran descansar mientras sus hijos recibían tratamiento. Fue así como la compañía de comida rápida, a través de un evento de recaudación de fondos que contó con la activa participación de donantes y voluntarios comprometidos con la causa, entregó la primera casa a la doctora Evans.

Con este hecho, se dio inicio a un proyecto que empezó primero como una iniciativa caritativa y luego se consolidó como una organización sin ánimo de lucro debidamente establecida.

Además de las casas, la organización tiene otros dos programas que son las habitaciones familiares ubicadas dentro de los hospitales y la unidad móvil que presta servicios de salud donde las familias lo requieren.

Soraya Rivera-Moya

De acuerdo con las cifras del último reporte anual del 2017, Ronald McDonald House Charities (RMHC) ha ofrecido más de 2.45 millones de estadías nocturnas, lo cual le ha permitido a las familias ahorrar más de 880 millones de dólares en alojamiento y alimentación.

Además, en los últimos años ha continuado expandiéndose, pues solo durante el 2017 se construyeron 9 casas nuevas, se añadieron 259 dormitorios, 20 habitaciones familiares de las más de 237 que hay alrededor del mundo y 3 unidades móviles de las más de 50 que ya existen.

Por otra parte, también ha crecido su red de voluntarios. Para el 2017 contaba con 508,788 voluntarios que apoyan la misión en gestión administrativa, mantenimiento, decoración de eventos especiales y actividades de recaudación de fondos, entre otras.

Solo en el capítulo del Sur de la Florida se recibe la ayuda de 3 mil voluntarios al año. “Me siento orgullosa de la organización, del trabajo en equipo y del apoyo que recibo de la comunidad ya sea en tiempo o dinero, valoramos a cada persona y consideramos importante su labor”, afirma Soraya Rivera-Moya, directora ejecutiva de la Fundación Ronald McDonald del Sur de la Florida.

 

La casa de Miami, mucho más que un lugar para dormir

Dividida en 3 pisos con capacidad para 31 habitaciones y 65 huéspedes, fue construida con el propósito de ayudar a todas las familias que no son locales pero tienen hijos menores de 21 años recibiendo tratamiento en el Jackson Memorial Hospital o en cualquiera de los que se encuentran cerca como Nicklaus o Baptist.

Cada familia puede usar las cocinas comunales libremente, disfrutar de una de las comidas preparadas que se ofrecen al día, auspiciadas por diferentes entidades como el Hotel Mandarín, o tomar algo ligero como un sandwich o un café de la estación ‘grab and go’.

“Buscamos facilitarles la vida a las familias porque están todo el día en citas médicas o acompañando a sus hijos en el hospital y llegan por la noche cansados y sin ganas de hacer nada”, explica Soraya Rivera-Moya.

Es precisamente en momentos como esos, que hacen parte de la cotidianidad de las familias, en que las donaciones hechas por diferentes personas y corporaciones adquieren un significado especial al contribuir con la paz mental y tranquilidad de quienes están pasando por un momento difícil.

“Acá no tenemos quien cocine pero nos donan cenas o almuerzos y alimentos como, por ejemplo, leche que recibimos cada 2 semanas. Además, algunas compañías hacen recolectas para nosotros y constantemente nos obsequian artículos de nuestra ‘wish list’”, añade Soraya.

Pero la ayuda de los voluntarios no se limita únicamente a la donación de alimentos o artículos de primera necesidad, puesto que periódicamente organizan diferentes actividades como fiestas de cumpleaños, sesiones de peluquería o competencias de decoración.

Además, algunos grupos brindan apoyo emocional y espiritual a través de la meditación o la oración, mientras otros se encargan de atender las necesidades de los huéspedes que surgen en el día a día o ayudar en tareas de mantenimiento como arreglar el jardín o pintar las paredes.

“Tratamos de que haya un ambiente hogareño lo más normal posible y siempre recibimos a los voluntarios que quieran venir a apoyarnos porque muchas familias viven momentos agobiantes cuando vienen a un exámen de rutina y reciben un mal diagnóstico, así que nuestro propósito es que puedan entretenerse”, destaca Soraya.

Soraya asegura que aunque es inevitable sentir tristeza o verse afectado cuando ocurren eventos desafortunados, como aquel mes en el que perdieron 6 niños, siempre tratan de abordar cada situación de forma positiva y contar con el apoyo de expertos en duelo para acompañar a las familias.

También reciben con alegría las historias que tienen un final feliz, como aquella protagonizada por una niña de Vietnam de 14 años que llegó a RMHC por un tumor de 8 libras que tenía desde los 2 años. Debido a que la familia vivía en un área remota, no sabía lo que era una comida caliente, encender una estufa o usar un elevador.

“La mamá no quería comer de nuestra comida. Sin embargo, tras educarla en el tema aprendió a cocinar y se hizo amiga de todas las mamás de la casa, incluso aprendió algunas palabras en español”, cuenta Soraya.

Luego de una cirugía exitosa y de 8 meses de estadía, la niña fue dada de alta del hospital y el día de su despedida lloró de la emoción mientras decía ‘te quiero McDonalds’.

Con los años, RMHC mantuvo contacto con ella y así supieron que empezó a arreglarse más, a tener más confianza en ella misma y a convertirse en una persona que pudo superarse a sí misma. “Eso fue hace seis años y hoy en día parece otra persona”, dice.

Historias como esas se multiplican cada día más gracias al aporte de esos héroes sin capa que no solo existen en Ronald McDonald House Charities sino en otras organizaciones que apoyan la recuperación de niños como St. Jude Children’s Research Hospital, Mercy Ships, Make A Wish America y Children’s National Medical Center, entre otras.

Por eso, en esta edición queremos rendirle un sentido homenaje a los voluntarios que siempre están en primera fila dispuestos a ayudar y a las organizaciones que los cobijan. Gracias por impactar la vida de tantas familias y ayudar a la recuperación de los más pequeños de la casa.

 


 

 ¿Cómo apoyar a la fundación?

Dado que el 65 por ciento de las familias no paga nada, las donaciones son la columna vertebral de RMHC, pues de ahí sale el dinero para el mantenimiento de la casa, los alimentos y las actividades.

Hay muchas maneras de contribuir y una de ellas es a través del programa ‘Share a night’ con el que se puede financiar un mínimo de 3 noches por un valor de 60 dólares. Este valor es poco comparado con la diferencia que se hace en la vida de una familia que necesita concentrarse en la recuperación de sus hijos.

Otra opción es ser voluntario. “La ayuda de ellos no tiene precio. Están sirviendo de apoyo a muchas familias que llegan buscando el mejor tratamiento disponible pero no conocen a nadie ni saben cómo vivirán”, concluye Soraya Rivera-Moya.

Más información en: https://rmhcsouthflorida.org/

 

 

 

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