La vida después del cáncer de mama.
Por Diana Bello Aristizábal
Con el fin de rendir un homenaje a las personas que han salido adelante pese a tener un diagnóstico negativo, recogimos la historia de tres mujeres que viven en los Estados Unidos y decidieron no rendirse frente al cáncer de mama.
Aunque el caso de cada una es diferente y merece una mirada individual, tienen algo en común y es que aunque el cáncer dejó una huella imborrable en ellas también fue la oportunidad para crecer personal y espiritualmente, renovar su fe, modificar hábitos y reinventarse en medio de la adversidad. A continuación, sus testimonios.
Claudia Escobar: “Mi actitud positiva fue mi mejor medicina”
Para esta colombiana, de 55 años, criada en Estados Unidos y residente de la Florida, el diagnóstico de un tumor en los ductos mamarios etapa 0 llegó en octubre de 2013 luego de que acudiera a su médico por una piedra que sentía en su seno izquierdo.
Claudia se hizo una doble mastectomía y una reconstrucción de mamas y, un año después, una histerectomía radical. Sin embargo, en diciembre del 2014 el cáncer volvió y tuvo que recibir 40 radiaciones.
Transcurrió un tiempo en el que todo parecía en orden hasta febrero del 2016 cuando le anunciaron que había hecho metástasis en el hígado durante un paseo en Tucson, Arizona. A pesar de las malas noticias, estaba agradecida con la vida porque dos semanas atrás le habían dicho que todo estaba bien y de no haber ido a esa ciudad no hubiera recibido un diagnóstico acertado. Ya para ese momento, el cáncer estaba en etapa 4 y ahora se concentraba en sus huesos. Para el 2017, y luego de superar el del hígado, el cáncer había llegado al cerebro.
“Aunque esta enfermedad me ha destrozado emocionalmente, mis tres hijas y cuatro nietos y mis amigos han sido mi principal motor, además del Santo Rosario y la oración”, asegura.
Pese a que ahora tiene muchas limitaciones como no poder cargar a su nieta, su espíritu se mantiene. “Mientras tenga morfina y Tylenol en mi bolso me verán en un paseo, en la casa de una amiga o de happy hour con una botella de agua”, comenta.
Hoy pasa sus días compartiendo con sus seres queridos, dibujando, leyendo, visitando el sicólogo una vez al mes y continuando con sus sesiones de quimioterapia que tiene cada 3 semanas para combatir el cáncer de huesos, el único que le queda.
“Mi meta es que algún día no muy lejano no quede rastro de la enfermedad, mientras tanto seguiré acá viviendo lo mejor que pueda. Mi hermana se queja mucho y yo le digo: ¿a ver, quién es la que tiene cáncer acá?, ¿entonces?”, asegura.
Jacquelyn Tarver: “Volví a ser yo después del cáncer”
En enero del 2001 fue diagnosticada con carcinoma in situ etapa 2 en su seno izquierdo. Su tratamiento consistió en una cirugía en la que le extirparon parte de la mama, tres meses de quimioterapia y cuatro meses de radiación.
“Nunca se me pasó por la cabeza que de eso moriría, yo solo pensaba que Dios me estaba mostrando que necesitaba cambiar mi vida porque antes del cáncer tomaba alcohol todas las noches”, recuerda Tarver, de 67 años y original de Indiana.
Aunque no era alcohólica, este nuevo diagnóstico era una señal de ‘pare’ y por eso cambió sus días de fiesta y licor por caminatas en la noche, juegos con su nieta y comida saludable. Pero, además, cambió su temperamento. “Ahora hago mi mejor esfuerzo por encontrar otras formas de lidiar con la vida que no sea pelear, algo que hacía antes todo el tiempo”, relata.
Luego de superar la enfermedad después de nueve meses, comenzó a crear la vida que ella quería. Lo primero que hizo fue dejar al novio con el que vivía en ese entonces porque sentía que él ya no encajaba en la ecuación. “Tuve que hacerlo para estar bien y no volver a mis malos hábitos”, afirma.
Aunque al principio fue difícil, asegura que desde el 2003 tiene la vida que soñaba, pues cuenta con buenos amigos, un trabajo estable como gerente de operaciones de Hurricane Warehouse y la compañía de su nieta de cinco años y su única hija, Jennifer.
A pesar de haber construido una nueva vida desde el 2003, en el 2007 recibió un nuevo diagnóstico en el mismo seno. Decidió realizarse una mastectomía doble y, hasta el momento, el cáncer no ha regresado.
Cuando se le pregunta cuál es la clave para ser de mentalidad positiva dice que es tener un diálogo interno permanente. “Incluso en mis peores momentos, le decía a mi cuerpo ‘cáncer sal de mi’. Simplemente decidí que así sería y punto”.
Paula Vannesa Vega: “Yo solo me enfoco en la solución, no en el problema”
Paula lleva tres meses con la enfermedad que fue diagnosticada el pasado 11 de junio en Miami cuando le confirmaron que tenía un cáncer de mama etapa 3 que en poco tiempo llegó hasta la columna y la cadera izquierda pasando de 3 a 4.
El tratamiento consistía en 5 radiaciones y 6 sesiones de quimioterapia de las cuales lleva 3. Cuenta que lo más difícil han sido los síntomas que experimenta como náuseas, diarrea e inapetencia y la caída de su cabello que solía ser largo y lacio.
Pero, sin duda, nada supera el dolor de ver sufrir a sus seres queridos. “Yo seguía con la esperanza de estar bien pero me puse muy triste al ver a mi mamá y a mis cuatro hijas llorar porque uno no quiere eso para nadie”, dice esta mujer nicaragüense, de 36 años.
No obstante, con el tiempo todos han sabido apoyarla. “Yo les dije que iba a seguir luchando para sobrevivir y les doy ejemplo teniendo una rutina lo más normal posible”, afirma.
Por esta razón, aún continúa con su empleo de contadora en una firma de abogados que le brinda el espacio para ir a las citas médicas y recuperarse cuando está enferma. Considera que trabajar es una bendición porque le permite tener la mente ocupada y aportar a la familia.
Además del trabajo, opina que otro factor clave para su recuperación es que está rodeada de gente positiva y fijarse metas específicas a futuro como pasar más tiempo con sus hijas, viajar por Estados Unidos, comprarse una casa y seguir estudiando, pues dejó un curso de contabilidad a medio camino.
“Mi doctora dice que todo se ve bien y que el cáncer se ha reducido, aunque después de la última sesión de quimioterapia me harán otros análisis para determinar cómo me encuentro”, concluye.
Estar Informado y Listo Para Apoyar a Otros
Nadie quiere tener un diagnóstico de cáncer, pero lamentablemente es tan común que casi todos conocemos a alguien que está luchando contra la enfermedad en este momento. Estar informado es una manera de apoyarlos y salvar vidas al mismo tiempo. Esa tarea no es difícil hoy en día ya que internet permite tener acceso a información útil con un solo clic. Aquí se listan algunos sitios web:
- Sociedad Americana del Cáncer – cancer.org
- Información Cáncer de Mama – cancercenter.com
- Organización del Cáncer de Mama – breastcancer.org
- Sociedad de Cáncer de Mama – breastcancersociety.org
- Ejército de la Mujer – armyofwomen.org
- Grupos de apoyo – abcdbreastcancersupport.org
Otra forma de ayudar a las personas que viven con el cáncer son los grupos de apoyo. Ser parte de un grupo de compañeros que han sufrido situaciones similares le dará a la persona el soporte emocional que necesita para seguir viviendo ahora y después de la enfermedad.